En Ciudad Delgado, El Salvador, se repite el juicio contra Evelyn Hernández. Esta joven fue condenada a 30 años de cárcel por homicidio agravado, después de abortar espontáneamente, una práctica penada por la nación centroamericana.
Según la Fiscalía salvadoreña, la mujer no asistió al feto en el momento de nacer, cuando tenía 32 semanas de gestación. Sin embargo, sus abogados argumentan que el feto murió por causas naturales relacionadas con el embarazo después de ser violada. Ella misma ha mantenido su inocencia: “Yo soy inocente, yo era una chica que estudiaba antes y fui violada por un hombre. Solos les pido que se haga justicia”, ha afirmado.
Por ello, el Tribunal Supremo volverá a juzgar su caso. Esto podría suponer una esperanza para las cerca de 20 mujeres que permanecen encarceladas en El Salvador por el mismo delito, según las cifras del Grupo Ciudadano para las Despenalización del Aborto (GCDA).