La justicia británica decide no extraditar a Julian Assange a Estados Unidos
La jueza deniega todos los argumentos de la defensa pero considera que existe un alto riesgo de suicidio por parte del fundador de Wikileaks
Washington apelará la decisión en las próximas dos semanas y sus abogados reclamarán su libertad bajo fianza este miércoles
El periodista australiano está acusado de piratería y espionaje y lleva veinte meses en una celda de aislamiento en una cárcel de Londres
La justicia británica ha decidido no extraditar a Julian Assange a los Estados Unidos para enfrentarse a cargos de espionaje y piratería informática por las filtraciones de cientos de miles de documentos confidenciales del Pentágono sobre la guerra de Irak y Afganistán. El fallo ha sido pronunciado en el tribunal penal central, en Old Bailey, por la jueza de distrito, Vanessa Baraitser. Assange estaba reclamado por 18 cargos y, de haber sido entregado, se exponía a penas de 175 años de cárcel.
La jueza dijo que había un riesgo de autolesión y de pensamientos suicidas. “La impresión general es que se trata de un hombre deprimido y a veces desesperado que teme por su futuro”. Assange llevaba encerrado en una celda de alta seguridad de Belmarsh, en el sur de Londres, desde que fue entregado por el gobierno ecuatoriano al británico el 11 abril de 2019.
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Anteriormente Assange, de 49 años, pasó siete años confinado en la embajada ecuatoriana en Londres. Durante la vista el periodista australiano compareció con el aspecto muy demacrado. Sus abogados habían denunciado el horrible estado de salud físico y mental en el que se encontraba Assange.
“Frente a las condiciones de aislamiento casi total sin darse los factores que protegían y limitaban su riesgo en la prisión de Belmarsh, he concluido que los procedimientos descritos por los Estados Unidos no evitarán que Assange encuentre una manera de suicidarse y por esta razón he decidido que la extradición sería opresiva por causa de daño mental y ordeno que quede libre”.
EE.UU apelará el fallo
Se espera que la fiscalía estadounidense realice una apelación contra el fallo, que se produce después de semanas de audiencias en Old Bailey el año pasado y de campañas de los partidarios de Assange y otros que han denunciado los cargos de Estados Unidos contra él como un ataque a la libertad de prensa. Tienen 14 días para presentar una apelación. Mientras tanto, Assange ha sido llevado de regreso a la prisión de Belmarsh y el miércoles su defensa se presentará una solicitud completa para su libertad bajo fianza.
“La jueza ha denegado todos los argumentos de la defensa, absolutamente todos, incluida la petición de un juicio justo en Estados Unidos — dijo el equipo de la defensa de Assange coordinado por el exjuez español Baltasar Garzón, en un comunicado—. Sin embargo, rechaza la extradición por riesgo de suicido, por lo que se deniega la entrega. El equipo de defensa se ha mostrado conforme con la resolución pero atento a los próximos pasos y sucesión de hechos, pues Estados Unidos tiene la posibilidad de apelar esta resolución. Además, se irán evaluando los argumentos para trabajar en consecuencia”.
El periodista estadounidense Glenn Greenwald también criticó que la jueza británica haya aceptado todas las teorías de la conspiración estadounidenses. Greenwald publicó en 2013 en ‘The Guardian’ las revelaciones de Edward Snowden sobre el programa clandestino de vigilancia electrónica de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos. La abogada Stela Moris, que tuvo dos con Julian Assange durante los siete años que estuvo encerrado en la embajada ecuatoriana en Londres, publicó un artículo en el ‘Daily Mail’ este fin de semana en el que advertía que la extradición de su pareja sería un síntoma de la falta de libertad de expresión en Reino Unido.
Cientos de seguidores de Assange de congregaron en las puertas de Old Bailey para pedir su liberación y celebraron la decisión de la jueza, que era inesperada. Ahora falta por saber si Assange puede quedar en libertad. Su defensa ha presentado una petición para que pueda salir bajo fianza si los Estados Unidos apelan la decisión. De ser puesto en libertad, sería la primera vez que pisa el suelo libre desde 2011, en prácticamente diez años. Estuvo 500 días en libertad bajo fianza entre 2011 y 2012, 7 años asilado en la embajada ecuatoriana en Londres y luego 21 meses en custodia en la prisión de Belmarsh. Assange ya ha cumplido la condena de 50 semanas por haber violado su libertad bajo fianza en 2012 cuando era requerido por la justicia sueca por cuatro delitos de violación y acoso sexual y coarción.
La mayor filtración del Pentágono
Julian Assange fundó en 2006 Wikileaks, un portal donde publicar filtraciones de forma anónima. En 2009 fue el ganador de los Premios Amnistía Internacional de los medios británicos por la exposición de asesinatos extrajudiciales en Kenia. También ganó otros premios como del prestigioso ‘The Economist’ por su trabajo de exposición de injusticias. Estos reconocimientos fueron enumerados por los abogados de Assange durante la vista.
Sus problemas empezaron con la publicación de 250.000 cables diplomáticos y 500.000 documentos confidenciales del Pentágono relacionados con actividades del ejército estadounidense en Irak y Afganistán. Estos documentos secretos incluían crímenes de guerra como el tiroteo en civiles desde un helicóptero en Irak en 2007 en el que murieron dos periodistas y decenas de personas. En la vista de Old Bailey, James Lewis, el abogado que actúa en nombre de las autoridades estadounidenses, declaró que Assange y WikiLeaks “buscaron obtener y difundir reiteradamente información que EEUU clasificaban por el grave riesgo de que su divulgación no autorizada podía supuesto para la seguridad nacional del país”.
También acusó a Assange de “reclutar personas para piratear ordenadores y obtener y revelar ilegalmente información clasificada a WikiLeaks”. En concreto, le acusó de haber reclutado a la ex soldado y analista de inteligencia Chelsea Manning (nacida Bradley Manning), que fue quien filtró los documentos secretos. Manning fue condenada a 35 años de prisión en 2013, pero fue exonerada por Barack Obama en 2017 antes de dejar su cargo en la Casa Blanca.
Assange negó haber conspirado con Manning para descifrar una contraseña encriptada en computadoras estadounidenses y dijo que no había evidencias de que la seguridad de nadie hubiera sido comprometida. Sus abogados argumentaron que la acusación tenía motivaciones políticas y que estaba siendo perseguido porque Wikileaks solo porque publicó documentos del gobierno de Estados Unidos que revelaron pruebas de crímenes de guerra y abusos contra los derechos humanos. Y que atacar a Assange era atacar a la libertad de prensa.
La denuncia sueca
En agosto de 2010, Assange participó en seminario de periodismo y guerra en Estocolmo, en Suecia. En este seminario fue donde conoció a las dos mujeres que se convertirían en sus víctimas y que le acabarían denunciando. Más tarde se supo que se trataba de Annita Ardin y Sofía Wilen. Ardin, que entonces tenía 30 años, era una militante feminista que le ofreció quedarse en su casa durante su estancia en Estocolmo, donde había ido para asistir a una conferencia. Estaba vinculada con la oposición cubana. Según la declaración de Ardin, mantuvieron relaciones sexuales después de cenar y durante el acto, se rompió el preservativo, ella le dijo que parara y él no quiso.
La otra mujer es Sofía Wilen, que entonces tenía 20 años. Asistió a la ponencia como público, se conocieron, fueron al cine y se acostaron dos veces. Por la noche con preservativo y por la mañana sin, sin el consentimiento de ella. Wilen contactó con Ardin para contarle lo que había pasado. Ésta última decidió echarlo de casa y fueron las dos a la comisaría a denunciar lo sucedido. En ambos casos, el sexo fue consentido en un principio, pero luego se convirtió en abuso.
La fiscal superior sueca; Marianne Ny, admitió la denuncia. Acusó a Assange de cuatro delitos de delito de violación por haber forzado a mantener relaciones sexuales con Ardin mientras dormía y sin utilizar preservativo, dos delitos de acoso sexual otro de coerción ilegal por haber utilizado el peso de su cuerpo sobre una de las mujeres durante el coito. El 18 de noviembre de 2010 emitió una orden de detención europea contra Assange.
En 2012, el abogado de las dos mujeres, Claes Borgström, declaró que “las señalan [a sus defendidas] como si hubiesen iniciado una conspiración contra Assange y Wikileaks y no es así”. Explicó que una de las dos mujeres (Wilen), tras lo sucedido, quiso que Assange se sometiera a un test del Sida. Éste se negó. Contactó a la otra mujer (Ardin). Se dieron cuenta que habían vivido experiencias parecidas. Fueron a pedir consejo a la policía, que les informó que lo que había hecho Assange era un delito. Borgström denunció acoso por parte de los partidarios de Assange hacia sus clientas que acabó poniendo fin a su anonimato.
“Bienvenido al club de los perseguidos”
La orden de detención sorprendió a Assange en Londres. Fue detenido y encerrado en la prisión de Wandsworth mientras empezaba la vista por su extradición a Suecia ya que Assange se negó a ser extraditado. Los seguidores de Assange recabaron las 240.000 libras (267.320 euros) que se requerían para su libertad condicional. Le permitieron quedarse en la mansión en Norfolk de Vaughan Smith, ex militar y fundador del club de periodistas londinense Frontline Club. Smith era amigo de Assange y apoyaba Wikileaks. Assange fue obligado a llevar brazalete electrónico y a llamar cada día a la policía.
Durante la vista Assange negó los cargos, aunque no la relación con las dos mujeres suecas. Alegó que era una maniobra de los Estados Unidos para, cuando llegara a Estocolmo, ser extraditado a su vez a Estados Unidos por las publicaciones secretas del Pentágono en Wikileaks. Su defensa consideraba que en Suecia no tendría un juicio justo porque la prensa y la opinión pública estaba en su contra, y porque corría el riesgo de ser entregado a Washington, donde sería acusado de traición y espionaje y se exponía a la pena de muerte. El juez desestimó los argumentos de la defensa y en febrero de 2011 autorizó la extradición a Suecia. Assange apeló y perdió.
Tras 500 días de arresto domiciliario en Norfork, el Tribunal Supremo británico confirmó el 30 de mayo de 2012 la extradición de Assange a Suecia. Su abogada consiguió postergar la entrega dos semanas. El 19 de junio de 2012, Julian Assange se refugió en la embajada de la República del Ecuador en Londres, Inglaterra, y solicitó asilo político. El entonces presidente de Ecuador, Rafael Correa, le dio asilo por una cuestión de derechos humanos y en una entrevista entre los dos para el canal 'Russia Today', Correa le dijo: “bienvenido al club de los perseguidos”.
Assange pasó siete años encerrado en una habitación en la embajada de Ecuador en Knighstbridge, junto a los almacenes Harrod’s. Todo cambió con la llegada al poder del nuevo presidente ecuatoriano Lenín Moreno en mayo de 2017. Moreno empezó a denunciar el mal comportamiento de Assange en el interior del edificio, su falta de higiene, su maltrato a los funcionarios. Y le acusó de comprometer la política exterior del país con sus publicaciones. Incluso decidió cortarle internet. Hasta que decidió entregarlo a las autoridades británicas el 11 de abril de 2019. Se apunta que lo entregó porque Wikileaks reveló que Moreno tenía cuentas en paraísos fiscales que le permitían evadir impuestos en su país. Cuando fue entregado sólo había una acusación contra él por parte de los Estados Unido, y se enfrentaba a cinco años de prisión. Pero poco a poco se fueron ampliando las penas.