Los cómplices de los terroristas que en enero de 2015 mataron a 17 personas en sus ataques contra la revista satírica Charlie Hebdo, contra una agente policial y contra un supermercado judío de París fueron condenados hoy a penas desde los cuatro años de cárcel hasta la cadena perpetua, incluidas dos sentencias a 30 años.
La sentencia más severa, cadena perpetua, se ha dictado contra Mohamed Belhoucine, presuntamente fallecido en Siria y juzgado en rebeldía. Se le considera el supuesto mentor del terrorista del supermercado kosher, Amedy Coulibaly, y ha sido declarado culpable de "complicidad" en delitos terroristas.
La esposa de Coulibaly, Hayat Boumeddiene, que está en busca en captura y a la que se sitúa en Siria, ha sido condenada a treinta años de prisión y Ali Riza Polat, presentado como el 'brazo derecho' de Coulibaly, ha recibido la misma sentencia.
A juicio del tribunal, Polat, un franco-turco de 35 años, culpable de "complicidad", tuvo un papel "fundamental" en la preparación de los ataques. Su abogada, Isabelle Coutant-Peyre, ha anunciado inmediatamente después del juicio su intención de apelar la condena, según ha informado el diario 'Le Monde'.
Este juicio comenzó el 2 de septiembre y sentó en el banquillo a 11 de los 14 acusados de distintos grados de responsabilidad en el suministro de ayuda logística o financiera a los hermanos Saïd y Chérif Kouachi, ejecutores del ataque contra Charlie, y a Amedy Coulibaly, autor de los otros dos atentados. Todos ellos fueron abatidos por la policía.
Ha sido un proceso difícil, mediático y turbulento, celebrado en pleno debate en Francia sobre el islamismo radical y el laicismo tras tres atentados yihadistas en suelo francés desde septiembre y marcado por una pausa de casi un mes debido al contagio por coronavirus del principal imputado, Ali Riza Polat.
Acusadas principalmente de haber participado en la logística de obtención de armas, otras trece personas son también juzgadas por complicidad en los ataques que del 7 al 9 de enero de 2015 acabaron con la vida de 17 personas.
La Fiscalía solicitó penas que van desde los cinco años de cárcel hasta la cadena perpetua, señalando a los que se sentaban en el banquillo de haber sido una herramienta esencial a la comisión de los crímenes contra la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo, una agente de policía y un supermercado judío en París.
Se sabe que el terrorista Amedy Coulibaly y los otros dos terroristas, los hermanos Saïd y Chérif Kouachi, muertos tras los atentados, se hicieron con un arsenal de armas procedentes de una filial belga y otra de Lille (norte de Francia), pero los testimonios aportados no han permitido establecer el recorrido hasta que llegaron a ellos.
También la defensa de Mohamed Fares centró su alegato en las zonas oscuras que persisten. Los 150 testigos que han declarado no han permitido su aclaración, y las acusaciones, a veces difusas, han sido asumidas por la propia Fiscalía, que culpa de ello a los acusados por sus "contradicciones".
La defensa no exculpó a sus clientes, con antecedentes por delitos comunes, principalmente tráfico de estupefacientes, pero insistió en que la clasificación de terrorismo no es procedente. "Se ha considerado a estos hombres como presuntos culpables, en lugar de presuntos inocentes", dijo Akorri.
Los once acusados presentes en la sala, pues otros tres siguen en paradero desconocido con orden de busca y captura, pudieron pronunciarse por última vez. Algunos con vehemencia pero en su mayoría cabizbajos, los que aprovecharon su turno de palabra defendieron su inocencia y se disculparon ante las familias de las víctimas.
La magnitud del juicio, totalmente grabado y con más de 200 partes en la acusación civil, cuestiona también el futuro de estos gigantescos procesos.
El próximo de ellos, en septiembre de 2021 por los atentados de noviembre de 2015 en París contra la sala Bataclan y varias terrazas de la capital, ha requerido la construcción de una sala ad hoc para acoger a las 500 partes civiles.
También la parte civil ha lamentado que el actual juicio, no haya servido para aclarar el mecanismo que ayudó a los terroristas a atacar.
Pero Charlie Hebdo reconoció en sus páginas el trabajo "colosal" de la abogada Daphnée Pugliesi y le agradeció que ofreciera una información que no había salido hasta entonces en la sala: que Coulibaly autofinanció los crímenes con el dinero de sus delitos y que los atentados le costaron 12.500 euros. Ese fue el coste de la muerte de 17 personas