Casi 780 000 ucranianos han atravesado la frontera del país escapando de la invasión de Rusia a Polonia. Allí, precisamente, se ha encontrado el cordobés Juan Antonio Luna, presidente de la Asociación Benéfica Miguel Vacas --que se dedica a acoger a niños ucranianos en España en verano--, con su mujer y sus dos hijos, 4 y 6 años, Martín y Diego, que habían ido a Ucrania de visita cuando estalló el conflicto
Juan Antonio Luna fue desde Lucena hasta Cracovia, donde ha logrado reencontrarse con su familia. Estos estaban de visita en el país de origen de su mujer cuando estalló todo, según Diario de Córdoba.
Entonces, la mujer y los niños lograron salir del país cogiendo un autobús desde un pueblo cercano a la capital de Ucrania, Kiev, hasta Liv Leópolis, una ciudad. Desde allí, emprendieron un viaje hasta Cracovia, a donde Juan Antonio Luna ha viajado desde Lucena, en Córdoba.
“Estamos en casa, vamos a ver si se dejan duchar… empieza otro tipo de lucha, pero bendita lucha esta”, ha dicho el hombre a la prensa tras el reencuentro.
El Gobierno de Polonia ha avisado de que el sábado podría batir el récord diario de llegadas, por encima de las más de 100 000 del viernes. "Ayer, 4 de marzo, los guardias fronterizos dejaron pasar un récord de 106 400 personas procedentes de Ucrania. Hoy, hasta las 07.00, habían llegado 33 000, un 34% más que ayer", ha hecho saber el viceministro del Ministerio del Interior y Administración, Pawel Bossernaker, en declaraciones recogidas por la agencia oficial PAP.
El Gobierno polaco ha organizado 30 puntos de recepción y acogida a nivel nacional más un número no especificado de zonas de acogida levantadas por las autoridades locales o ciudadanos a título personal.
El viceministro ha recordado que los refugiados tienen además a su disposición 27 puntos de información donde "los ciudadanos ucranianos pueden recibir cualquier información sobre la ayuda que reciben en Polonia".
Bossernaker ha avisado de que la situación podría agravarse en los próximos días dado el avance de las fuerzas rusas y el estado de superpoblación en los puntos de acogida de la frontera polaco-ucraniana.