Azam Mangori, un joven iraquí de 24 años, ha sido condenado a un mínimo de 20 años de prisión por el asesinato de Lorraine Cox, una mujer británica de 32 años. Según la Fiscalía, el agresor, tras acabar con la vida de su víctima, intentó deshacerse de su cuerpo. Descuartizó a la joven en siete partes y tiró sus restos al bosque, según informa Daily Mail.
Los hechos ocurrieron el año pasado en la localidad de Exeter, Reino Unido. Tras una noche de fiesta el 1 de septiembre, Mangori se encontró a Lorraine, la apuntó, y la llevó hasta su apartamento, donde probablemente la asfixió, según la investigación. Tras el feminicidio, el joven puso la tarjeta SIM de su víctima en su propio teléfono para fingir que estaba viva ante familiares y amigos.
Sin embargo, ante la incoherencia de los mensajes, pronto denunciaron la desaparición de la víctima y Mangori fue arrestado el pasado 8 de septiembre del 2020. Tras su detención, el joven aseguraba que entró en pánico cuando la descubrió muerta en el suelo, pero el fiscal Simon Laws le dijo al jurado que se encontró que el feminicida tenía un "interés morboso en la amputación" y que había visto videos sobre el tema, además de haber comprado artículos para deshacerse del cuerpo de Lorraine.
Los especialistas no pudieron determinar la causa de la muerte debido al tiempo transcurrido entre el asesinato y el hallazgo de los restos. No obstante, las autoridades compartieron un vídeo donde se ve a Mangori caminando con una mochila con lo que se cree es el cuerpo descuartizado de su víctima. Asimismo, también se le muestra acechando a Lorraine por la calle.
La pareja de la víctima, Elise Fallow, de 28 años, ha revelado ante el tribunal que planeaba tener un hijo con Lorraine antes de que fuera asesinada. Dijo que se había sumido en la desesperación diaria después de perder al amor de su vida y que "una parte de ella había muerto".
"Intentar expresar con palabras las formas en que perder a Lorraine ha afectado mi vida parece imposible. Realmente no puedo pensar en una forma en que su muerte no me haya afectado. No soy la persona que era hace siete meses. Esa persona murió en el momento en que supe que la mujer que amaba había sido asesinada. Si bien el asesinato de Lorraine es algo de lo que nunca me recuperaré, el conocimiento posterior de que había sido descuartizada persigue mis horas de vigilia y sueño", declaró Fallow.
"Ya no disfruto de la felicidad ni del consuelo. No importa lo que suceda en mi vida ahora, nada me sacará del borde de la desesperación que siento todos los días. Es una batalla constante mantener mi cabeza con calma y encontrar la motivación para hacer algo productivo. Alejo a todo el mundo y me he vuelto algo así como un recluso", añadió.
Al dictar sentencia, el juez Garnham detalló que Mangori había asfixiado a su víctima con una camiseta que llevaba. El tribunal determinó que el acusado había intentado encubrir sus crímenes, llegando a sustituir la tarjeta SIM y realizando publicaciones en las redes sociales para convencer a sus seres queridos de que estaba viva.
El hecho de no informar de su muerte solo sirvió para agravar la pérdida y el dolor. Su familia no supo el paradero de Lorraine durante aproximadamente una semana, antes de que los detectives arrestaran a Mangori. El joven, que era solicitante de asilo en Reino Unido, ha sido este miércoles encarcelado de por vida y deberá cumplir un mínimo de 20 años en prisión.