Todo ocurrió una noche, después de una fiesta. La joven se encontraba con un amigo viendo una película en su casa cuando estiró el cuello y escuchó un fuerte crujido. Ella, en un principio, no le dio importancia, pero minutos después, cuando se levantó, se desplomó en el suelo, incapaz de moverse: "Me levanté, traté de caminar hasta el baño y me tambaleaba por todas partes. Miré hacia abajo y me di cuenta de que no estaba moviendo la pierna izquierda y me caí al suelo".
En un principio Kunicki pensó que se encontraba borracha o que la habían drogado, pero enseguida se percató de que "algo estaba mal". Es por ello que la joven fue trasladada al University College Hospital de Londres. Allí le confirmaron que había sufrido daños en su arteria vertebral y que esto le había provocado un derrame cerebral con un coágulo que derivó en un accidente cerebrovascular (ACV). Debía ser operada de urgencia y fue trasladada al Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía, donde se sometió a una operación de tres horas, tal y como recoge 'RT'.
Durante la intervención le colocaron un 'stente', pero el coágulo no pudo ser eliminado. "Cuando el médico me dijo que había tenido un derrame cerebral, me quedé en estado de shock. Más tarde me dijeron que ese estiramiento de mi cuello causó que se rompiera mi arteria vertebral. Hay una posibilidad en un millón de que eso ocurra", explicó la joven.
Cuando la operación finalizó la joven no era capaz de mover los dedos índice ni pulgar de su mano izquierda, ni doblar su pierna. No obstante, con el paso de los días y realizando una serie de ejercicios, Kunicki ha mejorado el control de la parte izquierda de su cuerpo, aunque el recorrido para volver a la normalidad será largo. "Puedo caminar, pero no más de cinco minutos. Soy muy torpe. No puedo abrochar botones, me resulta muy difícil. Puedo sentir calor y frío ahora, pero todavía me siento un poco adormecida", ha detallado.