El drama volvió anoche a la Cámara de los Comunes. Eran más allá de las diez cuando el Primer Ministro, Boris Johnson, ganaba una votación que allana el camino para que pueda saltarse el acuerdo del Brexit que firmó el año pasado con la Unión Europea, lo que supondría una violación del derecho internacional.
340 diputados votaron a favor y 263 en contra del proyecto de ley del Mercado Interno, con el que el Gobierno pretende invalidar algunas cláusulas del Acuerdo de Retirada. Es la primera votación de la tramitación de una legislación que también deberá pasar por la Cámara de los Lores, donde el Ejecutivo está en minoría.
Victoria holgada
En la Cámara de los Comunes cuenta con una mayoría de 80 diputados, así que estaba claro que esta prueba inicial iba a superarla, pero la rebelión que llevaba días fraguándose, más las nuevas voces críticas que se fueron sumando a lo largo de la jornada llevaban a pensar que la victoria sería mucho más ajustada.
Sin embargo, ganó sin problemas con una mayoría de 77 votos y gracias al apoyo de los 8 parlamentarios del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte.
Y es que esta región -separada físicamente del resto del Reino Unido- es la parte del país que más puede salir perdiendo si no se llega a un acuerdo de libre comercio con Bruselas.
El argumento ganador
Durante el debate en el Parlamento, Boris Johnson acusó a la UE de actuar de manera “extrema y poco razonable” en cuanto a Irlanda del Norte. Esto, según él, “podría bloquear el transporte de alimentos y productos agrícolas dentro del país”. Entre las preocupaciones que expresaron los diputados tories destacó, por ejemplo, si el cordero de esa región se podrá llegar a consumir en el resto del Reino Unido.
Al final, el argumento con el que el líder conservador consiguió mantener de su lado a la mayoría de su formación fue que el contenido de esta legislación “podría no ser nunca invocado” si se llegase a un acuerdo comercial con Bruselas. “Es una protección, un seguro y es una medida muy sensata que permitiría, en caso de no lograrlo, que continúe el comercio entre Irlanda del Norte y el resto de regiones del país”, aseguró el Primer Ministro.
La rebelión sigue en pie
Boris Johnson no ha conseguido apaciguar a los suyos. Solo 2 diputados conservadores votaron en contra, pero los 30 que se abstuvieron están preparando rebelarse realmente en el momento en el que se vote una enmienda a esa legislación la semana que viene.
Entre ellos se encuentra el ex Ministro de Economía, Sajid Javid, o el ex abogado del Gobierno, Geoffrey Cox, que no están dispuestos a que el Reino Unido acabe quebrantando el derecho internacional, aunque sea, como ha admitido el Ejecutivo “de una manera específica y limitada”. También está por ver si algún otro diputado tory encuentra esta situación tan embarazosa como para presentar su dimisión, como hizo ayer Rehman Chishti.
Tampoco ha servido para cambiar la actitud de Johnson la intervención de cinco ex primeros ministros británicos: los conservadores John Major, Theresa May y David Cameron, y los laboristas Tony Blair y Gordon Brown.
Otro rostro conocido protagonizó la jornada de ayer. El ex líder laborista, Ed Milliband, fue el encargado de retar a Johnson en nombre de Keir Starmer, que tuvo que aislarse después de que un miembro de su familia desarrollase síntomas de coronavirus. Milliband ridiculizó al Primer Ministro “por no haber leído ni su acuerdo del Brexit ni la legislación con la que quiere quebrantar la ley”.
¿Qué puede pasar ahora?
La legislación debe seguir su trámite parlamentario para convertirse en ley antes de que acabe el periodo de transición el próximo 31 de diciembre. Este martes será analizada línea por línea por los diputados, antes de ser sometida próximamente a otra votación en los Comunes. Luego pasará a la Cámara de los Lores, antes de recibir la firma de la Reina Isabel II.
“Solo el Pirmer Ministro realmente sabe si su verdadera intención es aprobar esta legislación o se trata solo de teatro político para ayudarle a conseguir un acuerdo con Bruselas”, asegura la jefa de Política de Sky News, Beth Rigby. Sea como sea, para muchos el daño ya está hecho.