Ojo con un partido político pequeño como Die Linke o, en español “La Izquierda”, porque esta formación puede tener la clave para que, tras 16 años de Angela Merkel en el poder, gobierne en Alemania una coalición de izquierdas.
De cara a las próximas elecciones generales, previstas para el 26 de septiembre, ya hay sondeos que señalan que la la suma de Los Verdes, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y Die Linke en el Bundestag.
Jörg Schindler (Borna, 1972), secretario general de Die Linke, es de los que miran esperanzados ese tipo de sondeos. “Queremos formar parte de un cambio político en el país”, dice en esta entrevista con NIUS este jurista, politólogo y responsable del partido más escorado a la izquierda de la Cámara Baja germana.
Sin embargo, para formar parte de ese cambio, Die Linke, un partido alemán sin miedo a los "eurobonos", tiene que asegurarse, su permanencia en el Bundestag. Actualmente, los sondeos más halagüeños atribuyen al partido de Schindler un 8% de la intención de voto.
Si la próxima campaña electoral se le da mal a esta formación, podrían incluso caer por debajo del 5% de votos necesario para conseguir representación parlamentaria. Eso ya pasó en las elecciones generales de 2002, cuando Die Linke se llamaba “Partido del Socialismo Democrático”(PDS).
Con un programa anclado en la idea de que más impuestos harán posible una transformación ecológica y social de la que también hablan en Los Verdes – formación convertida en la principal esperanza progresista en Alemania –, Schindler y compañía confían en conseguir un resultado electoral mejor que el que ahora anticipan las encuestas.
P: En las elecciones generales de septiembre, su partido podría, por un lado, tras las elecciones generales, participar de un gobierno de coalición con Los Verdes y el SPD. Pero también podría no superar la barrera para estar en el Bundestag
Nosotros queremos formar parte de un cambio político en el país. Porque ahora estamos viviendo con un Gobierno que está frenando todas las medidas que habría que tomar. Por ejemplo, en la transformación ecológica y social y en la crisis del coronavirus. Frente al coronavirus, se está fracasando con un ritmo muy lento de vacunación que está por detrás de muchos países europeos. Luego está la cuestión de la protección ante el cambio climático, aquí el Gobierno va por el camino equivocado.
Nosotros tenemos la aspiración de hacer posible las mejoras sociales que el país necesita y por eso no le damos tanta importancia a los sondeos. Pensamos que cuanto más cerca estén las elecciones, mejor vamos a atraer la atención en el tema de la ecología y la lucha contra la pandemia con justicia social.
P: Habla usted de un cambio “social y ecológico”, expresión que usan en Los Verdes. Los ecologistas nunca estuvieron tan arriba en las encuestas
Obviamente Los Verdes están encarnando ahora mismo algo que se desea en muchas partes de la sociedad, incluido en nuestro electorado. A saber, el impulso hacia la transformación ecológica y social. Pero en estas cuestiones nosotros no tenemos ninguna diferencia con Los Verdes. Nosotros lo que queremos es responder mejor a la pregunta: ¿Cómo podemos hacer esa transformación? Para nosotros la clave está en hacer que esa transformación sea sostenible, algo que sólo se puede hacer con un debate amplio en la sociedad.
Por ejemplo, si hablamos del abandono del uso del carbón, objetivo fijado para 2030, hay que forzar a las empresas a participar. No se trata sólo de hablar ellas. Hacen falta leyes que hagan que ese abandono tenga lugar. Otro ejemplo, respecto al cambio de coches con motor de combustión de uso individual por el mayor uso de los transportes públicos: para ello, necesitamos hacer uso de recursos financieros que se consiguen a través de más impuestos para los que más dinero ganan y a través de un impuesto al patrimonio.
P:¿No temen que más impuestos suponga dificultar el crecimiento económico?
No, no se trata de hacer que la economía suba con menos impuestos sino de hacerla subir a través de mejores salarios e inversiones que tenemos que llevar a cabo. El relato de los impuestos bajos, en los últimos años, incluso décadas, se ha demostrado como un camino equivocado. Le doy un ejemplo, el de la construcción de la banda ancha. En la creación de esta infraestructura, las grandes empresas de telecomunicaciones han gozado de bajos impuestos y esto no ha significado un éxito en la construcción de esa red de banda ancha.
En lugar de bajos impuestos, lo que necesitamos son inversiones a cargo del estado en los lugares donde no resulta rentable instalar esa banda ancha. Pero para esto necesitamos ingresos a través de impuestos y mejores salarios. Las políticas basadas en impuestos reducidos llevan a que las infraestructuras públicas se reduzcan enormemente y, al final, no ayudan a que haya crecimiento económico.
P: ¿Pero no se pagan ya en Alemania muchos impuestos? Según los últimos datos de la OCDE, el impuesto al trabajo en Alemania está valorado en un 49%. Sólo en Bélgica ese porcentaje es mayor (51,5%).
No. Alemania es un país con un superávit comercial enorme. Somos un campeón mundial en exportaciones, o sea que exportamos mucho más a otros países de lo que compramos. Y esto es posible porque nuestro sistema fiscal y nuestras remuneraciones laborales forman un sector de salarios bajos. Si no, no podríamos vender como hacemos nuestros productos a buen precio. Hay que mirar la relación de la productividad del país con los impuestos que se pagan en el país. En este sentido Alemania es un país en el que se pagan pocos impuestos.
P: Respecto al empleo del sector de salarios bajos, en el que trabajan cerca de 8 millones de personas en Alemania, y otros sectores laborales poco atractivos.
En la pandemia hemos vistos que hay una situación de emergencia en el sector sanitario y que esto es peligroso para la vida de las personas. Esto se debe a que en los últimos años el número de personas que trabajaban en el sector sanitario ha decrecido. Se han marchado a otros empleos que estaban mejor pagados. El empleo del sector sanitario, también a nivel económico, se ha convertido en un trabajo para nada atractivo, sobre todo sabiendo la enorme labor que se desempeña en él. En nuestro partido pensamos que los trabajadores de este sector deben ser mejor remunerados,
P: ¿No es eso algo en lo que coinciden con las intenciones del ministro de Sanidad, Jens Spahn?
No nos convence para nada lo que quiere hacer Jens Spahn, que es traer a trabajar a empleados de otros países donde los trabajadores de ese sector cobran menos, ya sea Polonia o la República Checa. Esto no puede ser la solución, además de resultar insolidario con los otros países. No puede ser que la solución para el sector venga a través de dumping salarial, sino a través de buenos salarios.
P: En ciudades como Berlín se observa que las familias tienen que dedicar cada vez más parte de sus ingresos para pagar el alquiler. Su partido, en Berlín, trató de luchar contra esto con la “Ley de tope al alquiler”. Pero el Tribunal Constitucional declaró nula esa ley. ¿Qué propone ahora Pero el Tribunal Constitucional declaró nula esa leyDie Linke
Ese era un proyecto de Die Linke en Berlín. La “Ley de tope al alquiler”, es decir, limitar los alquileres durante un tiempo concreto, para que los inquilinos tengan un poco de aire, ha sido declarada nula por el Tribunal Constitucional. Pero cuando uno lee la sentencia, los jueces no han dicho que la ley es “anticonstitucional”, sino que la ciudad-estado de Berlín no es competente para legislar en esa materia. La competencia, dicen, está en el Bundestag. Esto quiere decir que una ley así es posible aprobarla.
Y esto es, en realidad, un argumento para votar a Die Linke, porque nosotros queremos hacer que las próximas elecciones generales sean un plebiscito sobre la “Ley de tope al alquiler”. Porque no sólo en Berlín están subiendo los alquileres enormemente. También ocurre en ciudades de tamaño medio. Todos los alquileres que supongan más de un 30% de los ingresos de una familia son demasiado.
P: Otra decisión del Tribunal Constitucional alemán a la que se ha mirado con interés internacional ha sido la relativa al recurso contra el fondo de reconstrucción europeo. En la relativa al recurso contra el fondo de reconstrucción europeoDie Linke
Nuestro partido celebra la Unión Europea. Nosotros no fuimos críticos contra el salvamento de la economía de Grecia. Al contrario, nosotros fuimos de los que, de hecho, pensamos que Grecia debía permanecer en Europa y en el euro en todo momento. La cuestión era entonces ¿Cómo puede tener éxito ese salvamento? Para nosotros, no era una solución salir de la crisis a través de la austeridad. Porque esa política producía otra crisis dentro de una crisis.
Nosotros apostábamos por inversiones en el sector público para generar crecimiento económico. Ahora en Bruselas se ha producido un ligero cambio de opinión según el cual la austeridad no ayuda en estos casos. Sobre el fondo de reconstrucción en la pandemia, no es un problema que los estados usen créditos cuando son para realizar inversiones que sirven para mejorar la situación de la sociedad, como financiar escuelas, carreteras y demás. Nosotros nos opondremos, si se da el caso, a que los créditos se utilicen sólo para animar el consumo.
P: En Europa, el debate sobre el fondo de reconstrucción parecía que daba miedo hablar de eurobonos. Ahora se habla de “deuda común” pero no eurobonos. ¿Por qué se evita con especial precaución en Alemania la palabra “eurobonos”?
Para nosotros la palabra “eurobonos” no es problemática. En Die Linke no tenemos problema con que todos en la Unión Europea, de forma conjunta, nos ocupemos de financiar las inversiones que sean necesarias, por ejemplo, para igualar servicios sociales en Europa, para igualar los estándares europeos, ya sea en lo relativo al salario mínimo o al sistema sanitario. Cuando se trata de hacer esto, estamos a favor de los créditos comunes. Ocurre, sin embargo, que hay miedo a las deudas en parte de los conservadores y los neoliberales. Pero para nosotros los “eurobonos” no son un escenario terrorífico.
P: En la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Angela Merkel, o en los liberales del FDP, han aceptado esas “deudas comunes” para crear el fondo con la idea de que sean una excepción. ¿Deben ser una excepción o han de convertirse en una herramienta más de la UE?
Para nosotros no debe de ser algo que se haga solo una vez. Lo importante no es que sea una vez, varias, o se mantenga como algo permanente. Lo decisivo es para qué se utiliza ese fondo de reconstrucción. Le pongo un ejemplo, si se trata de que con deudas comunes de ese fondo la Unión Europea quiera construir un ejército, entonces votaríamos en contra de esa posición. Porque creemos que a través de un ejército europeo o del gasto militar, no vamos ayudar al proyecto europeo. Pero si se trata de fortalecer al sistema sanitario europeo, o de apoyar proyectos ecológicos y sociales, el cese del uso del carbón o la electrificación de la industria del automóvil, entonces estaremos de inmediato a favor.
P: ¿Hay preocupación en su partido por la situación económica de las economías más golpeadas por el coronavirus, como España o Italia? En la crisis del euro, la hubo, y mucha. Respecto a Grecia, el diario Bild, el más leído del país, llegó a plantear entonces que los griegos vendieran sus islas.
La idea de vender las islas fue algo ridículo por lo que nosotros, en Die Linke, nos avergonzamos. Nosotros estamos a favor de una Unión Europea en la que las economías de los países estén saludables. Sabemos que a Alemania no le puede ir bien si a otros países de la Unión Europea no les va bien. Por eso, respecto a Grecia, en su momento estuvimos enormemente preocupados de que, bajo la presión de la Troika, se eliminaran servicios sociales y que se privatizaran infraestructuras públicas. Estas medidas fueron equivocadas. Ahora, en vista del parón del turismo en España o Italia, los alemanes tenemos interés en que esos países tomen medidas para impulsar la economía. La Unión Europea debe apoyar.
P: Hablaba usted de la oposición de su partido a la eventual construcción de un ejército europeo. Die Linke
Las misiones exteriores del Ejército alemán no han contribuido a que en esos países haya mejorado la situación política. Por ejemplo, mire en Afganistán, Mali o Sudán. Nosotros no discutimos que Rusia y China tengan una agenda expansiva. Pero eso no lo resuelve uno armándose militarmente. Hacer eso aumenta la tensión que lleva a conflictos.
Nosotros pensamos que hay que apoyar al Ejército para la defensa del país. Eso es lo que está escrito en la Constitución. Nosotros queremos llevar al Ejército por ese camino. La defensa de Alemania no se hace en Mali ni en Afganistán. Además, hasta donde yo sé no hay tropas de China en Mali o en Siria. Nosotros nos preguntamos si la presencia de tropas alemanas facilita la paz en esos países.
P: La diputada y figura destacada de su partido Sahra Wagenknecht describe en su último best-seller que la izquierda está obsesionada con las luchas identitarias de las minorías
Yo puedo decirle en lo que ha consistido nuestra política en los últimos años y lo que hay es una contradicción con la valoración que hace Sahra Wagenknecht. En los últimos años nos hemos concentrado en la política de los alquileres, a través de la “Ley de tope al alquiler”, y seguimos en ello. Nos hemos concentrado en la situación de los trabajadores del sector sanitario. También hemos estado activos lo que toca al cambio en la industrial del automóvil, o, por ejemplo, en Berlín, hemos hecho que los escolares vayan gratis en el transporte público. Comparar esta actividad política con lo que dice Sahra Wagenknecht sobre una izquierda concentrada en el lenguaje inclusivo, en cuestiones identitarias y demás,... yo es que sé de lo que habla.
Nunca hemos hecho una campaña por el lenguaje inclusivo ni por cuestiones identitarias. Siempre hemos hecho una política para responder a cuestiones sociales, ya sea sanidad, ecología o transportes. Lo que ocurre es que hay muchos votantes que no comparten nuestra posición en la crisis de los refugiados – o sea, si la gente que huye de la guerra puede venir a nuestro país. Pero nosotros respondemos que a la gente que huye de la guerra hay que ayudarla. Esto no es una cuestión de ser de izquierdas o de ser liberal. Es una cuestión de humanidad.
P: ¿Están cómodos en Die Linke
En modo alguno. Con Angela Merkel, el derecho de asilo se ha restringido. En 2015, Merkel tenía una situación en la que no cerró las fronteras. Nosotros apoyamos eso. Pero no hay que olvidar que Merkel ha endurecido las condiciones de asilo político. Nosotros no somos compatibles con Merkel en esta materia, aunque le reconocemos lo que hizo en junio de 2015.