El jefe de la Inteligencia estadounidense, Joseph Maguire, defendió al informante que presentó la explosiva denuncia contra el presidente Donald Trump. “Creo que hizo lo correcto“, aseguró ante el comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes en una intensa comparecencia. Dijo Maguire que cumplió la ley y actuó “de buena fe“, de la misma manera que el Inspector General de la comunidad de Inteligencia, Michael Atkinson, encargado de revisar la denuncia y catalogarla como “creíble“ y “asunto urgente“ antes de elevarla a sus superiores.
Maguire defendió la gestión de la cúpula de Inteligencia de la denuncia, que inicialmente no fue entregada al Congreso como dice la ley. Y que se hizo pública apenas momentos antes de que arrancara su comparecencia.
Según el documento, el informante acusa al presidente Trump de abusar de su poder para pedir que se investigue a un potencial rival político, solicitar la interferencia electoral de un gobierno extranjero y tratar de ocultar después la conversación telefónica con el presidente de Ucrania en la que sucedieron los hechos denunciados.
“Nadie está por encima de la ley“, advirtió el director de Inteligencia Nacional, en referencia a la búsqueda de ayuda de un país extranjero en las elecciones. Insistió en que la mayor amenaza que enfrenta Estados Unidos actualmente es mantener la integridad del sistema electoral, ante el actual “desafío de poderes extranjeros“.
Maguire sí añadió que la información que recoge la denuncia, aunque creíble, es “de segunda mano“. Se refería así a las fuentes en las que el informante basó sus acusaciones, a través de múltiples funcionarios de la Casa Blanca que le contaron lo que estaba pasando.
El presidente Trump también cargó contra el denunciante por esta misma razón, cuestionó su patriotismo y sus intenciones, y sugirió un castigo. “¿Saben lo que hacíamos con los espías en los viejos tiempo, cuando éramos listos, verdad?“. El jefe de la Inteligencia aseguró por su parte que protegerá a su equipo de posibles represalias.
Según la queja formal, desclasificada y publicada por el comité de Inteligencia, este miembro no identificado de los servicios de inteligencia asegura haber recibido información de que el presidente de Estados Unidos “está usando el poder de su cargo para solicitar la interferencia de un país extranjero en las elecciones de 2020.“
El denunciante acusa además a la Casa Blanca de intentar ocultar los detalles de la conversación telefónica de Trump con el líder de Ucrania, Volodímir Zelenski, y de almacenar la transcripción de la llamada, no en los sistemas informáticos habituales para este tipo de documentos, sino en un sistema al margen utilizado solo para “información clasificada de naturaleza especialmente sensible.“
Añade que lo hicieron por orden de los abogados de la Casa Blanca. “Algunos oficiales expresaron internamente su preocupación de que esto podría ser un abuso del sistema.“
En la base de la denuncia está la conversación telefónica del pasado 25 de julio en la que Trump pidió al líder ucraniano que investigara al exvicepresidente Joe Biden y su hijo, Hunter. El informante escribe que “la interferencia incluye, entre otras cosas, presionar a un país extranjero para que investigue a uno de los principales rivales políticos domésticos del presidente.“
El informante explica en esta denuncia fechada el 12 de agosto que “más de una docena de oficiales“ del gobierno que le facilitaron esta información. Muchos de ellos alarmados. Y aclara algo importante: “Yo no fui testigo directo de la mayoría de los sucesos descritos.“
La campaña electoral de Trump aseguró en un comunicado que los demócratas desesperados por detener “la inevitable reelección del presidente Trump“ y que todo esto “es una farsa aún más grande“ que la trama rusa. “Se construye sobre información de segunda mano amplificada por los medios de noticias falsas“ y acusan al denunciante de ser un “burócrata partidista“ que no tiene “conocimiento directo“ de los hechos, representado por “un abogado de Hillary Clinton“ y “donante de la campaña de Joe Biden“.
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aseguró en reiteradas ocasiones que esto se trata de un delito de encubrimiento. Pelosi anunció el martes el primer paso hacia un proceso de destitución, en base a esta denuncia.
Quién es el informante
Los ojos de Washington se centran ahora en el denunciante y se preguntan quién es este miembro de los servicios de Inteligencia, cuya identidad sigue siendo un misterio. El diario New York Times ha publicado en las últimas horas que se trataría de un oficial de la CIA que trabajó en la Casa Blanca en un algún momento de su trayectoria profesional. Pero ninguna de estas informaciones están confirmadas.
El senador republicano Lindsey Graham exige saber qué funcionarios de la Casa Blanca hablaron con el informante y por qué. En pleno debate político sobre de las continuas filtraciones desde dentro de la administración Trump. Washington es una ciudad que históricamente ha jugado con las filtraciones. Pero nunca a niveles como estos.
Maguire dedicó parte de su comparecencia a despejar las preguntas sobre si vienen de su equipo. Insistió en que en los servicios de Inteligencia “sabemos cómo guardar un secreto“ y que muchas veces las filtraciones ocurren desde dentro de la Casa Blanca.
Un jefe de Inteligencia recién llegado
Joseph Maguire ha pasado al centro de la polémica. Pero apenas fue nombrado para el cargo hace unas semanas, después de que el anterior director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, dimitiera en julio tras reiterados desencuentros con Trump, en lo que se consideró un nuevo episodio en el enfrentamiento entre el presidente y la comunidad de Inteligencia estadounidense. Sigue estando en funciones.
Navy Seal condecorado, almirante y con una trayectoria de 36 años en el ejército, Maguire se defiendió en su comparecencia ante el Congreso de las recientes acusaciones, por no entregar a tiempo la documentación del informante. “Mi integridad nunca ha sido cuestionada hasta ahora“, aseguró el vicealmirante. Sin embargo reconoció que esta es la primera denuncia que no se entrega al Congreso. “No tiene precedentes.“