Jared Kusher tendrá que explicar sus relaciones con Rusia
La historia de éste joven matrimonio en la Casa Blanca no puede terminar bien. Su máxima preparación para el cargo es su relación familiar con el presidente de Estados Unidos. Dicen que Ivanka, como su padre, no cobra sueldo. Nadie entiende exactamente cuál es su labor.
La labor de su marido, Jared Kushner, está algo más explicada. Es el asesor en materia de Seguridad Nacional del presidente de Estados Unidos, el contrapeso - dicen- a Steve Bannon, el hombre del que Trump asegura llevará la Paz a Oriente Medio entre Israel y Palestina, el joven que desde el viernes es también el jefe de la Oficina de Innovación de la Casa Blanca, y el hombre que tendrá que declarar en el Congreso por sus relaciones con Rusia.
Rusia está siendo tan protagonista de la Administración Trump como el propio Trump. Según el NYT, el yerno será llamado a declarar al Congreso para explicar su relación con altos funcionarios del Kremlin cuando aún era presidente Obama. Según parece, las investigaciones del FBI demuestran que el yerno se reunió en Washington con el embajador ruso en Estados Unidos y con altos ejecutivos de bancos públicos rusos en la Torre Trump. La misma torre que según su dueño está "siendo escuchada por la Administración Obama" y de cuya acusación no hay prueba alguna.
Según parece, en las conversaciones se estaría hablando de la posible reconstrucción de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos tras la expulsión de 35 espías rusos por parte de la Administración Obama dos días antes de dejar la Casa Blanca. Desde la Administración Trump se asegura que las conversaciones eran las normales de miembros del nuevo equipo, que tradicionalmente es el que marca las políticas desde que gana las elecciones.
Pero la victoria de Trump no parece "muy normal" y la transición aún menos. Barak Obama decidió lo que llevaba sin pasar durante décadas, que durante sus últimos dos meses en la Casa Blanca se mantenía como Comandante en Jefe sin dar explicaciones al equipo de transición de Trump. Y según parece, el equipo de transición también hacía política por su parte. Conclusión, a día de hoy la mezcla de intereses público-privados, la percepción de Rusia, las malas relaciones de Trump con los republicanos y las aún peores relaciones entre Trump y los demócratas están explotando sin solución de continuidad en manos del FBI, que implacable sigue con sus pesquisas.