El Ministerio de Justicia de Italia ha anunciado que los presos de tres cárceles de Roma, Milán y Salerno comenzarán, a mediados de este mes, a fabricar mascarillas quirúrgicas para cubrir el déficit de este elemento de protección imprescindible para los sanitarios que atienden a los enfermos de coronavirus.
Los presos trabajarán en ocho máquinas capacitadas para fabricar hasta 400.000 mascarillas diarias. Las primeras remesas serán distribuidas entre la población carcelaria y los guardias de seguridad, especialmente vulnerables ante el contagio.
Una vez terminada esa fase, el "considerable excedente de mascarillas resultante de las operaciones" será distribuido entre los hospitales italianos.
A principios del mes pasado, al inicio de los momentos más duros de la crisis, las cárceles italianas se convirtieron en el escenario de fugas y motines ante la incapacidad de las autoridades para garantizar la seguridad ni de los presos ni de los guardias.
El ministro de Justicia, Alfonso Bonafede, confirmó que un total de 6.000 presos participaron en motines o agresiones de algún tipo, una docena de reclusos murieron de sobredosis y 12 protagonizaron intentos de fuga. Un total de 40 guardias de prisión resultaron heridos.