Italia se activa para la acogida de miles de refugiados
Más de 20 mil ucranianos han llegado ya a Italia, que tiene la comunidad de compatriotas más numerosa de la UE
Muchos de ellos quieren llegar a Italia para reunirse con sus familiares
El Gobierno pone a disposición ayudas y las regiones activan sus mecanismos de acogida
Italia tiene una de las comunidades de ucranianos más grande del sur de Europa, son en total 236.000 ciudadanos residentes en el país transalpino. Es un dato destacable ante el inminente movimiento de casi dos millones de personas que han huido de Ucrania en los últimos días, escapando del horror de la guerra. Muchos vendrán a Italia para reencontrarse con sus familiares, o imitando a otros que ya están establecidos aquí. Mario Draghi, ante la Cámara el pasado miércoles, daba un dato concreto: son más de 24 mil ucranianos llegados a Italia y, entre ellos, 10 mil menores, desde que comenzó la guerra.
Pero mientras el conflicto no cesa, este número crece cada día. El primer ministro agradecía también la implicación de quien asiste a estos refugiados, en una acogida que se alargará, como prevén las autoridades, mientras la sombra de este conflicto se alargue, como lo hace ahora.
MÁS
El marco legal que Italia ha establecido para facilitar la acogida ha sido mantener el Estado de Alarma hasta el 31 de diciembre. Esto facilita el papeleo, ofrece vías directas de acogida y da la posibilidad de reforzar las ayudas y fondos destinados. Como otros países de la UE Italia ofrecerá 10 millones de euros, a cargo del Fondo de emergencias nacional, para las exigencias de socorro que se presenten. Además, el sistema de acogida se forzará hasta llegar a un número de 13 mil plazas más, que se añadirán a las ya disponibles, en sistemas de acogida ordinarios y en aquellos de solicitantes de asilo. Aunque, apuntan desde la frontera los responsables de las ONG que estos días han recibido a los refugiados, que muchos se quedan en la casa de sus familiares. El sistema prevé estar preparado si esa situación se alarga con el tiempo y tuvieran que buscar otro sitio respaldados por el Estado italiano.
Entran por la frontera italiana de Trieste con Eslovenia
Allí varias ONG en el terreno asisten en primera instancia las necesidades de los recién llegados. Barbara Molinario de UNHCR, confirma para NIUS que el flujo se ha incrementado en los últimos tres o cuatro días. Primero era lento porque el intento era el de quedarse en los países limítrofes a Ucrania, como Polonia, para poder “volver a casa”, pero muchos han ido aceptando esta opción con el tiempo, ante el incremento feroz de la violencia.
El protocolo legal que los espera al llegar a un país de la UE es el siguiente: 90 días de vía líbera como turista y, después, a esperas de que se apruebe una ley específica que estos nuevos solicitantes de asilo, gozan ya de una condición de refugiados que los identifica y que establece la asistencia por parte de Italia. “A todos los refugiados, también a los de otras rutas como la del Mediterráneo, les cuesta verse como eso: refugiados. Es muy duro verte en esa condición, ver cómo tu vida ha cambiado en tan poco tiempo”, añade.
Además, el Gobierno de Draghi ha anunciado la vacunación para todos los refugiados ucranianos que entren en el país. La estrategia del Ejecutivo ha sido siempre la de apostar por la herramienta de la vacuna ante el virus y, por eso, los recién llegados gozarán de ese mismo derecho entre las asistencias que pueden recibir. Solo el 35% de la población ucraniana ha sido vacunada. Entre los servicios de la acogida está también todo tipo de asistencia sanitaria, social y psicológica. De entre los casi 24.000 llegados a Italia desde que comenzó la guerra, 12.000 son mujeres y 9.700 menores, Molinario explica lo importancia de un apoyo que mitigue el dolor y desconcierto de un núcleo familiar roto, porque, por ejemplo la madre se ha quedado sola con los hijos tras dejar al marido en el campo de guerra.
Pero los mecanismos de ayuda no son solo de acogida y a la hora de recibir a los refugiados. Esa gran comunidad ucraniana en Italia sin perder un minuto, se puso, a recoger ayuda humanitaria. La basílica de Santa Sofía de Roma, epicentro de esta comunidad, se convirtió muy pronto en una zona cero de recogida de bienes de primera necesidad que luego se haría llegar a Ucrania.
El Papa Francisco ha querido enviar también suministros médicos en la última semana a este punto de referencia y cada día salen de allí camiones cargados destinados a aliviar la situación de necesidad en Ucrania. En los últimos días también el Presidente Sergio Mattarella ha querido asistir a una misa de esa misma Iglesia como muestra de apoyo.