No siempre fueron enemigos. "Nuestra amistad es insustituible. No hay ningún otro líder por el que sienta una mayor gratitud". Aunque hoy cueste creerlo, el cariñoso: uno era Jimmy Carter, el otro, el sha Mohamed Reza Palevi. Brindaban en Teherán por el nuevo año el 31 de diciembre de 1977. "Irán es una isla de estabilidad", proclamaba Carter.
¿Por qué el país persa y el norteamericano mutaron de antiguos aliados a acérrimos rivales durante décadas? Una tensión que se ha acentuado tras el asesinato con un dron estadounidense del general iraní Qassem Soleimani por orden de Donald Trump el pasado 3 de enero.
El 16 de enero de 1979, tras meses de intensas protestas contra el régimen monárquico, el sha Reza Pahlevi era obligado a abandonar el país. Dos semanas más tarde, regresaba del exilio el líder islámico Ruhollah Jomeini. Tras un referéndum, el 1 de abril, se proclamaba la República de Irán. Como antes hizo desde el destierro, desde el poder, el ayatolá Jomeini atizó el sentimiento antiamericano.
Ronald Reagan (1981-1989) declaró a Irán patrocinador del terrorismo y respaldó al Irak de Sadam Hussein en su guerra contra Irán (1980-1988). Ese apoyo ahondó la brecha entre la población iraní y Estados Unidos.
Pero pese a haber declarado un embargo armamentístico, altos cargos del gobierno estadounidense contribuyeron a la venta de armas a Irán durante el mandato de Reagan. Un escándalo que saltó entre 1985 y 1986 y al que se llamó Irán-Contra, ya que los beneficios se destinaron a financiar a la Contra nicaragüense, la guerrilla derechista que combatía al sandinismo en el poder.
En 1988, un buque de guerra estadounidense derribó un avión de pasajeros iraní sobre el Golfo. Murieron las 290 personas que viajaban a bordo. Estados Unidos aseguró que el ataque fue un error.
En 2002, George W. Bush incluyó a Irán (junto a Irak y Corea del Norte) en el llamado "eje del mal".
En ese año, 2002, Washington y grupos de la oposición iraní acusaron a Teherán de impulsar un programa nuclear clandestino. El enriquecimiento de uranio iraní desató una década de nuevas sanciones a las que se sumaron también la ONU y la Unión Europea.
La distensión llegó en septiembre de 2013. Un mes después de que el moderado Hassan Rouhani asumiese el poder, se produjo una llamada telefónica entre él y el presidente estadounidense Barack Obama. Era la primera conversación a ese nivel en 30 años.
En 2015, tras intensas negociaciones, Irán aceptó un acuerdo para limitar su programa nuclear pactado con Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania. Más tarde, en 2018, el presidente Donald Trump decidió abandonar ese acuerdo y reanudar las sanciones contra Irán.
Las relaciones entre los dos países empeoraron en mayo de 2019. Washington acusó a Teherán de la explosión de varios petroleros en el Gofo de Omán. En junio, fuerzas iraníes abatieron un dron militar estadounidense en el Estrecho de Ormuz. Según Washington, era aguas internacionales, según Teherán, se violó su territorio. En diciembre, ataques contra bases militares estadounidenses en Irak dejaron un ciudadano estadounidense muerto. Estados Unidos responsabilizó a una milicia respaldada por Irán en Irak.
El conflicto ha alcanzado su punto álgido con el asesinato del todopoderoso general iraní Qasem Soleimani. Irán ha atacado dos bases estadounidenses en respuesta. Quiere venganza, dice, y proclama que es la hora de sacar a Estados Unidos de la región.