En Arizona, Estados Unidos, las autoridades investigan el uso de una pistola táser para reducir a un sospechoso de violencia de género. El hombre que recibió el disparo llevaba en brazos a un bebé de tan solo un año. La cámara del agente muestra la secuencia que resulta muy dura.
La mujer había llamado muy angustiada a emergencias mientras sufría violencia doméstica y la Policía no tardó en llegar al domicilio de la pareja en Arizona. El supuesto agresor es quien les abre la puerta, al parecer muy tranquilo. Los agentes entran en la vivienda y entonces es cuando el hombre, de nombre Aivan, se opone. Tras él gritan asustados sus hijos.
La Policía le ordena que ponga las manos en la espalda y él las levanta. Ahí recibe el primer disparo con la táser. Aivan se niega a cumplir la orden y coge en brazos al menor de sus tres hijos, un bebé en pañales. La tensión aumenta. Una agente calma a los dos niños mayores mientras otros policías rodean al sospechoso que no suelta al bebé.
Le ordenan, entonces, dejar al niño en el suelo "no queremos hacerle daño", insiste la Policía pero ante la negativa le disparan con el pequeño en brazos.
En el vídeo se ve cómo dos agentes se ocupan del bebé y se lo entregan a la madre. Un comunicado de la Policía de Arizona asegura que el bebé resultó ileso. Ahora, investigan si el uso de la pistola táser fue adecuado para reducir a este sospechoso.