Las investiduras presidenciales estadounidenses más sonadas: de fiestas salvajes, asesinatos y otros escándalos
Las anécdotas, luces y sombras de las tomas de posesión de los hombres más poderosos del planeta
Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, ha iniciado la cuenta atrás para la investidura del nuevo presidente, Joe Biden. La ceremonia discurrirá de forma atípica y sin la presencia del mandatario saliente, Donald Trump, que rompe así con una tradición arraigada.
Las ha habido modélicas o accidentadas; en lugares insospechados o respetando toda la formalidad, pompa y boato. ¿Cuáles han sido las tomas de posesión más singulares, alocadas o tormentosas? ¿Cuáles son las grandes curiosidades de esos juramentos que han hecho historia?
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La investidura de Biden será el próximo 20 de enero; una fecha que ha sido siempre la misma desde el año 1937.
George Washington (30 de abril de 1789): "Dios, ayúdame"
George Washington, el primer presidente de Estados Unidos, debía asumir el cargo el 4 de marzo de 1789; sin embargo, la dureza del invierno impidió la llegada a Nueva York -la capital provisional de la recién creada República- de suficientes representantes para el acto de investidura. Este no pudo celebrarse hasta casi dos meses después, el 30 de abril. Entonces, desde el balcón del Salón Federal donde se reunió el Congreso, Washington dijo, al fin, estas palabras: "Juro preservar, proteger y defender la Constitución lo mejor que pueda". Después añadió una frase que no estaba prevista: "Dios ayúdame"; y sentó así el precedente de la apelación divina que ha continuado hasta la actualidad.
Thomas Jefferson (4 de marzo de 1801): su antecesor huyó de madrugada
La primera investidura que se celebró en Washington -la entonces nueva capital en construcción- fue la de Thomas Jefferson (tercer presidente y otro de los padres fundadores del país). Y también fue la primera en la que el presidente saliente no estuvo presente en la ceremonia. Su antecesor, John Adams, no había encajado la derrota. Tras retirar el saludo a su examigo Jefferson, abandonó la Casa Blanca a las cuatro de la madrugada.
Andrew Jackson (4 de marzo de 1829): una fiesta salvaje que destrozó la Casa Blanca
Andrew Jackson, el séptimo presidente y fundador del Partido Demócrata, quiso abrir la ceremonia a los ciudadanos. Tras jurar su cargo en el Capitolio, invitó a la población a conocer la Casa Blanca por dentro. Acudieron 20.000 personas que invadieron, literalmente, la residencia del presidente. Comenzaron a romper muebles y, entonces, él decidió distribuir bebidas alcohólicas en el jardín para sacar a la multitud al exterior. La situación se descontroló entre borracheras y cuantiosos desperfectos. Cuentan que el mandatario tuvo que escapar por una ventana.
William Henry Harrison (4 marzo de 1841): no se puso abrigo y murió de neumonía un mes después
William Henry Harrison, el noveno presidente de Estados Unidos, murió 32 días después de jurar su cargo. Falleció, a los 68 años, de una neumonía de la que enfermó en su toma de posesión. Esta se celebró a bajas temperaturas, en un día gélido, pero él no quiso ponerse un abrigo. Y dio a cuerpo, y al aire libre, el discurso inaugural más largo de la historia (duró dos horas). No pudo superar la neumonía y falleció un mes después. Sigue siendo el mandatario más efímero en el cargo.
Abraham Lincoln (4 de marzo de 1861), su asesino participó en la ceremonia
El viaje en tren de Abraham Lincoln a Washington para ser investido se convirtió en un gran acontecimiento. Durante el recorrido, fue aclamado por decenas de miles de personas. Incluso sorteó un intento de asesinato en Baltimore.
En su segunda toma de posesión, en 1865, estaba entre la multitud John Wilkes Booth. Fue el hombre que le disparó un mes más tarde, el 14 de abril. Lincoln falleció a causa de las heridas un día después de ser tiroteado.
Franklin D. Roosevelt (4 de marzo de 1933): "La única cosa a la que debemos tener miedo es al miedo mismo"
Franklin D. Roosevelt, el 32º presidente del país, abrió su discurso de investidura de 15 minutos con una frase que pasaría a la historia: "Lo único que debemos temer es el miedo mismo". 150.000 acudieron a escuchar ese mensaje en tiempos de la Gran Depresión. Y, por primera vez, millones de estadounidenses pudieron seguir el discurso en directo por la radio. En su segunda toma de posesión, en 1905, llevó un anillo que contenía un mechón de cabello de su admirado Lincoln.
John Fitzgerald Kennedy (20 de enero 1961): "No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino que puedes hacer tú por tu país"
El carismático John Fitzgerald Kennedy pronunció en su legendario discurso de investidura una de sus frases más conocidas: "No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país". Con él, y con su esposa Jacqueline Kennedy, el glamour. El cantante Frank Sinatra ejerció de anfitrión en la cena de gala que se celebró la víspera.
Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963, pero su retórica ha quedado grabada para siempre en el imaginario colectivo.
Lyndon B. Johnson (22 de noviembre de 1963): juramento en un avión y con Jackie Kennedy aún ensangretada
Lyndon B. Johnson ha sido el único presidente que ha tenido que jurar el cargo en un avión. Ocurrió pocas horas después del asesinato de John F. Kennedy, en la pista del aeropuerto de Dallas, a bordo del Air Force One. El aparato ya había puesto en marcha los motores para despegar hacia Washington.
Robert Kennedy, fiscal general y hermano de John, convocó el acto cuando los médicos confirmaron la muerte del presidente. En una foto para la historia, se ve a Johnson con la viuda de Kennedy, Jackie, quien aún viste su traje rosa de Chanel manchado con la sangre de su esposo.
Ronald Reagan (20 de enero de 1981): "El gobierno no es la solución a nuestros problemas; el gobierno es el problema"
Ronald Reagan fue el primer mandatario en jurar su cargo en el lado occidental del Capitolio. Ese día pronunció una de sus frases más célebres: "En la crisis actual, el gobierno no es la solución a nuestros problemas, el gobierno es el problema".
Barack Obama (20 de enero de 2009), el primer negro y la investidura más multitudinaria
Barack Obama se convirtió en el primer presidente afroamericano de Estados Unidos. Tomó posesión ante la mayor multitud reunida nunca para una investidura: casi dos millones de personas. El nuevo presidente se dirigió al país con un mensaje que apelaba al diálogo y a la unidad y que pronunció desde la escalera construida por los esclavos negros.
Su antecesor, George Bush, cedió el poder a Obama alabando -pese a las diferencias ideológicas- la histórica victoria del demócrata. Este, por su parte, siempre ha contado que la transferencia de Bush fue modélica.