Los 'indignados' de Bruselas, obligados a desalojar el edificio universitario que han ocupado una semana
EUROPA PRESS
15/10/201118:42 h.El edificio universitario que les fue cedido al movimiento de 'indignados' en Bruselas hace una semana, cuando llegaron las marchas procedentes de España, han sido desalojados este sábado por orden del alcalde del distrito de Koekelberg. Philippe Pivin, según ha confirmado fuentes policiales. Entre 400 y 500 'indignados', sobre todo españoles, pero también de otras nacionalidades como belgas y alemanes, llevan una semana en las instalaciones.
Cuando la mayoría de los 'indignados' se encontraban en la multitudinaria manifestación que recorre Bruselas este sábado, agentes municipales del distrito han informado a los que aún se encontraban en el edificio universitario KUB de que debían abandonar el recinto cuando concluyera la marcha esta noche.
El movimiento cuenta con una autorización para alojarse en estas instalaciones desde el pasado sábado, 8 de octubre, cuando se les ofreció esta alternativa para evitar que acamaran en un parque protegido próximo.
Según recogen medios locales, el alcalde de distrito ha tomado esta decisión tras recibir un informe que alerta del estado de precariedad del lugar, debido a fugas de agua que han inundado el sótano y podrían alcanzar la instalación eléctrica.
Fuentes policiales consultadas por Europa Press han señalado que trabajan para buscar una alternativa de alojamiento para las 'indignados', con el objetivo de que no decidan acampar en alguno de los parques de la ciudad, algo para lo que no cuentan con autorización y podrían ser detenidos.
Entre 6.000 y 10.000 personas, según los distintos cálculos de Policía y organización, han recorrido este sábado las calles de Bruselas en una manifestación que se ha desarrollado sin incidentes reseñables, según fuentes policiales.
Las mismas fuentes han informado de la detención de entre seis y siete jóvenes, pero han subrayado que no son parte del movimiento de protesta sino de chicos que han aprovechado la circunstancia para arrojar piedras y botellas y crear disturbios.