"No hay árbol que el viento no haya sacudido", dice un proverbio hindú frente a la adversidad. Pero lo cierto es que India se enfrenta estos días a una situación sin precedentes. Con una población de 1.300 millones de habitantes -es el segundo país más poblado, después de China- mantiene el mayor confinamiento del mundo. Y uno de los más estrictos.
Esas medidas restrictivas han provocado, en ocasiones, situaciones de pánico que podrían resumirse en una imagen: cientos de chanclas apiladas en una calle de Bombay. Sus propietarios las perdieron huyendo de los policías que les dispersaban a palos. Eran trabajadores que han perdido su empleo por el confinamiento. Durante horas, se agolparon en una estación de tren intentando abandonar la gran ciudad. Pegados unos contra otros, sin protección alguna. Atrapados y desesperados. Según las autoridades, todo a causa de un falso rumor difundido en redes sociales que aseguraba que los trenes volverían a circular.
¿Por qué huyen de las ciudades? Son migrantes que dejaron sus aldeas para ir a trabajar a las urbes; millones de personas de los estados más pobres que se trasladaron a Bombay, Delhi o Calcuta para buscar un medio de vida. Al perder su empleo, no tienen dinero, comida ni -incluso- alojamiento; por ello, intentan regresar a sus pueblos, donde les esperan los suyos. Para muchas familias que dependían del sueldo de uno de sus miembros el problema ahora es cómo tirar hacia adelante.
Muchos tenían la esperanza de que la cuarentena decretada el pasado 25 de marzo llegara pronto a su fin. Pero el primer ministro, Narendra Modi, ha anunciado su extensión hasta el 3 de mayo. India mantienen suspendidos vuelos nacionales e internacionales, trenes, autobuses y servicios de taxi y rickshaws. Por ello, cuando se anunciaron las restricciones, fueron muchos los que decidieron recorrer a pie el largo camino de regreso. Lo hicieron cargando con algunas de sus pertenencias y, también, con el miedo a cruzarse con las fuerzas del orden que, a veces, han respondido con violencia a la violación de la cuarentena.
Con miles de personas abandonando las ciudades, las autoridades de algunos Estados -como Uttar Pradesh y Bihar- han ordenado una cuarentena obligatoria de dos semanas para las personas que regresaban de las urbes. Se han habilitado para ello edificios institucionales y colegios. Sin embargo, a muchos se les permite irse a su casa si no tienen síntomas de la Covid-19, informa la BBC. Otros testimonios confirman que no se respetan las normas de aislamiento de las personas que llegan de la ciudad al campo.
Mientras, las autoridades locales siguen pidiendo a los trabajadores migrantes que no huyan al campo. Pero, ¿cuál es la expectativa de esos millones de pobres que han perdido su empleo? El Gobierno de Narendra Modi anunció un plan de ayuda de 20.000 millones de euros para hacer frente a la situación. Incluye la distribución de comida, grano y lentejas, entre la población más necesitada. Gobiernos regionales y ONGs suman fuerzas repartiendo comida caliente en algunas zonas. Pero todo es poco ante la magnitud del problema. Sobrevivir, literalmente, a la cuarentena es ahora el problema para millones de personas en India.