La increíble historia del ministro laborista que fingió su propia muerte

  • John Stonehouse intentó desaparecer en 1974 después de que se le implicara con varios negocios fraudulentos y se le acusara de espiar para Checoslovaquia

  • Simuló ahogarse en el mar y se marchó con una identidad falsa a Australia donde se reunió con su amante y acabó siendo deportado y condenado por fraude

  • Se acaban de publicar dos libros sobre él, uno de su hija, que niega que fuera un espía y un traidor, y otro del hijo de su sobrino, que dice todo lo contrario

Es quizá una de las historias más extrañas y rocambolescas de la política británica moderna. La historia de John Stonehouse, un brillante parlamentario laborista, ministro de Harold Wilson a finales de los sesenta, alto, guapo, inteligente, con una familia maravillosa, que sonaba como futuro primer ministro y que acabó arruinando su vida y su carrera y fingiendo su propia muerte en 1974. Más tarde se le acusó de fraude y de ser un espía comunista y terminó en la cárcel. Ahora, cincuenta años más tarde, dos de sus descendientes, una hija, Julia Stonehouse, y el hijo de su sobrino, Julian Hayes, han escrito sendas biografías sobre él que se contradicen la una con la otra y ofrecen las dos caras de esta historia.

John Stonehouse nació en Southampton, en Inglaterra, en 1925 y, pese a que estudió economía y ejerció cargos ejecutivos importantes en empresas, su carrera estaba predestinada a la política y al Partido Laborista. Era el hijo de un sindicalista y de una alcaldesa laborista y se afilió al partido a los dieciséis años. Fue también piloto de la Fuerzas Aéreas británica. Cuando dio el salto a la política, su carrera fue meteórica. Llegó a ser ministro de Correos y Telecomunicaciones (cargo que ya no existe) en el gobierno de Harold Wilson hasta que éste perdió las elecciones de 1970 ante el conservador Edward Heath.

Stonehouse estaba casado y tenía tres hijos. Era un político carismático y respetado. Sin embargo, tenía también fama de mujeriego y de infiel. La percepción que se tenía de él empezó a cambiar en 1969, cuando apareció una información que decía que era un espía del bloque comunista. Concretamente le vinculaban con el servicio secreto checoslovaco, el StB, considerado mejor que el KGB soviético. Era el momento álgido de la Guerra Fría. Pero no se pudo probar. En su libro, Julian Hayes explica que, a partir de 1970, Stonehouse constituyó una serie de negocios turbios en los cuales involucró a algunos amigos y familiares a los que estafó. Entre ellos estaba su padre, sobrino de Stonehouse, que acabó perdiendo mucho dinero.

Todo esto llevó a Stonehouse a concluir que tenía que desaparecer. Decidió fingir su muerte y empezar una nueva vida con otra identidad. En un viaje a Miami, el 20 de noviembre de 1974, se desnudó para meterse en el agua y desapareció. Encontraron su ropa en la orilla y sus pertenencias en el hotel. Le dieron por muerto. Surgieron diversas teorías. Una decía que le había dado un infarto mientras nadaba (Stonehouse era un experto nadador), otra que fue atacado por un tiburón, otra que había sido secuestrado por los comunistas y llevado a Cuba en un submarino soviético. La prensa británica publicó el obituario de aquel diputado cuyo nombre había sonado como futuro primer ministro. Su esposa y sus hijos lloraron su muerte.

Huida a Australia

Pero mientras buscaban su cadáver por la costa caribeña de Miami, Stonehouse estaba en un avión rumbo a Australia. Tras meterse en el agua, nadó hasta otra playa, donde había escondido otra ropa y adoptó dos falsas identidades de los difuntos maridos de dos mujeres que se encontraban en el registro de su electorado. Bajo la identidad de Joseph Markham, aterrizó en Australia, donde se reunió con su amante, su secretaria, Sheila Buckley, que tenía 21 años menos. Él tenía 49 y ella 28. Había transferido suculentas sumas de dinero a cuentas con nombres falsos y esto despertó las suspicacias de la policía australiana, que empezó a investigar.

En realidad, la policía australiana buscaba al Duque de Lucan, un noble inglés multimillonario y ludópata que presuntamente asesinó a la niñera de sus hijos después de que su esposa se divorciara de él y se quedara con la custodia de sus hijos. Pero las pistas no llevaron a la policía al Duque de Lucan sino a Stonehouse, que fue detenido el 24 de diciembre de 1974 junto a su amante. Cuenta su hija, Julia, que su padre ofreció a su esposa una relación entre tres, pero ésta no aceptó, y que cuando le dijo que quería separarse se desesperó, amenazó con matarse y la golpeó. Stonehouse y Buckley fueron extraditados a Reino Unido tras un largo proceso de seis meses.

En Reino Unido se inició un juicio contra él. Stonehouse trató de construir su defensa a partir de la base de que sufrió una crisis mental y que por esto se marchó, una versión que defiende su hija en su libro. Mientras que Julian Hayes, el hijo de su sobrino, ahonda en la tesis de la fiscalía, que sostenía que su decisión de desaparecer fue planeada fríamente durante un largo período de tiempo. En agosto de 1976, fue condenado a siete años de prisión tras ser declarado culpable de 18 cargos de fraude, engaño y robo. Buckley fue condenada como cómplice, pero se libró de la cárcel. Stonehouse salió de la prisión a los tres años y, ya divorciado, se casó con Buckley con quien tuvo un hijo.

El discurso más insólito en los Comunes

Stonehouse siguió ocupando su escaño en el parlamento incluso en la cárcel en una decisión que fue muy controvertida. Durante el juicio siguió acudiendo al parlamento, donde pronunció uno de los discursos más insólitos que se recuerdan cuando justificó la decisión de fingir su muerte ante el resto de diputados. “Asumí una nueva personalidad paralela que se apoderó de mí, que me era ajena y que despreciaba la farsa y la vergüenza de los últimos años de mi vida pública —afirmó—. Muchos parlamentarios realizan giras de investigación en el extranjero. Yo he estado en una gira de investigación sobre mí mismo”.

En septiembre 1975 asistió a la Conferencia Laborista y todos sus compañeros se levantaron de sus asientos alejándose de él. La única que se acercó a él y lo saludó fue Mary Wilson, la amable esposa del primer ministro, Harold Wilson, que había sido reelegido tras cuatro años. Dimitió como parlamentario a las dos semanas de entrar en la cárcel, en agosto de 1976. Más tarde se afilió al Partido Nacional Inglés, que reclamaba un parlamento inglés. Stonehouse falleció en 1988 de un ataque al corazón a los 62 años.

Al final de la Guerra Fría se publicaron archivos del StB que confirmaban que Stonehouse había sido contratado para espiar para ellos y se referían a él como un agente “esquivo y poco cooperativo”. Julian Hayes, que es abogado, apunta en su libro que Stones llegó a cobrar un sueldo de 6.000 euros (que equivale a 90.000 euros hoy en día). En el 2010, unos documentos desclasificados de Downing Street revelaron que en 1980 la entonces primera ministra Margaret Thatcher fue informada de que Stonehouse era un espía desde 1982, pero decidió no acusarlo. La hija de Stonehouse defiende a su padre, niega que fuera ningún espía y ningún traidor, asegura que decidió desaparecer por culpa de la presión de la prensa y dice que ojalá hubiera podido desaparecer cuando lo intentó.