Continúan fuera de control los voraces incendios que están arrasando el este de Australia. Rodeados de llamas que amenazan con quemar los vehículos, los vecinos tratan de huir por un estrecho camino.
Escapan como pueden de un fuego que ya ha provocado tres muertes y que ha destruido 200 edificios.
Hay más de 70 focos activos que han calcinado, en los últimos meses, unas 575.000 hectáreas de terreno, más de dos veces la superficie de Luxemburgo.