Después de 43 años se ha despertado con una espectacular tormenta volcánica, que incluye rayos y truenos. Se espera otra erupción de forma inminente, y no se descarta un posible tsunami.
Hay miles de evacuados y el humo y la ceniza ya han llegado a la capital filipina, situada a 60 kilómetros.
Las autoridades de Filipinas han declarado el estado de calamidad en toda la provincia de Batangas, en la que se encuentra emplazado el volcán Taal, por la gravedad de la situación derivada de las erupciones.
Las erupciones de gases y cenizas han llevado a las autoridades a decretar el traslado de decenas de miles de personas a centros de evacuación, según ha contado el vicegobernador de la región de Batangas,
Mark Leviste, que ha anunciado la declaración del estado de calamidad, lo que permitirá a las autoridades regionales obtener fondos de emergencias y congelar los precios de los productos básicos.