La ¿imposible? unidad de la izquierda francesa

  • Desde los socialistas hasta los comunistas pasando por los ecologistas podría haber hasta 10 candidatos

Los franceses irán a las urnas en mayo de 2022 para renovar el mandato de Emmanuel Macron o para mandarle el camión de la mudanza. Cuando vayan a votar en primera vuelta tendrán una opción de ultraderecha, la de Marine Le Pen. Otra de derecha clásica, que podría ser la de Michel Barnier. Y la de centro-derecha liberal de Emmanuel Macron. De ahí a la izquierda podrían tener hasta 10 papeletas si, como parece probable, izquierdas varias y ecologistas no logran ponerse de acuerdo para apoyar a un único candidato.

El último sondeo, publicado por la revista ‘Marianne’ y cuyo trabajo de campo se hizo entre el cinco y el 11 de marzo, apunta a que en primera vuelta ganaría Marine Le Pen con un 28%, seguida de Emmanuel Macron con un 24%. Ellos pasarían a la segunda vuelta y fuera quedarían el candidato conservador y toda la izquierda. Macron ganaría en segunda vuelta y el escenario político actual prácticamente se repetiría.

Hidalgo, Jadot, Mélenchon y los siete enanitos

La izquierda, que en los últimos comicios europeos y cantonales obtuvo resultados esperanzadores, sería prácticamente barrida del mapa. Ese mismo sondeo dice que el candidato de ‘Francia Insumisa’ (el equivalente a Unidos Podemos), Jean-Luc Mélenchon, podría alcanzar el 10% de los votos. La socialista y ahora alcaldesa de París, la hispano-francesa Anne Hidalgo, se quedaría con un 8%. El ecologista Yannick Jadot rondaría el 6%. Candidatos menores en el espectro de izquierdas no alcanzarían ni el 5%.

Entre ellos podría estar el antiguo ministro socialista, que abandonó su partido, Arnaud Montebourg. El Fabien Roussel, secretario general del Partido Comunista que rechaza apoyar a Mélenchon.

Socialistas y ecologistas no suman

La base para que haya una candidatura común de la izquierda pasa en primer lugar por la unión de los socialistas y los ecologistas, pero sería todavía insuficiente. Otro sondeo, este publicado por ‘L’Obs’, apunta a que una candidatura ecolo-socialista liderada por Hidalgo llegaría al 16% de los votos en primera vuelta. Si el candidato fuera Jadot obtendría un punto más, hasta el 17%.

Sólo hay una fórmula para que esos porcentajes pasen del 25% y hagan que la candidatura de izquierdas pueda competir contra Macron y Le Pen para entrar en segunda vuelta, que se les una Mélenchon, un escenario improbable pues el hombre de la izquierda más extrema en Francia, con sus tendencias eurófobas y pro-rusas, ya declaró su candidatura y dijo que lo que busca es que la suya sea “la de la adhesión” porque nunca se ha sentido “tan preparado para gobernar”.

Olivier Faure, secretario general de los socialistas –este no será candidato- llegó incluso a decir que su partido no tendría problemas para “unirse” a los verdes en una candidatura común, que podría ser de un miembro de su partido –todo apunta a Hidalgo- o del ecologista Jadot, escenario que no parece dispuesta a apoyar la alcaldesa de París.

Faure dice que “sin candidato común corremos el riesgo evidente de poner la alfombra roja bajo los pies del dúo Macron-Le Pen”. Y señala a Mélenchon: “Por ahora sólo tiene un candidato, él mismo. Tiene un proyecto, el suyo. Y pide a todo el mundo que se una a él. Es una concepción curiosa de fomentar la unión”. Faure se niega por ahora a organizar primerias (lo hicieron en 2006, 2011 y 2016) y apunta abiertamente a Hidalgo como su candidata.

La bronca de Faure con Mélenchon se debe también a que el ultraizquierdista sí empieza a mostrarse dispuesto a unirse a los ecologistas pero no a los socialistas. O más bien a que los ecologistas apoyen su candidatura, algo que también parece lejos de los escenarios más probables.

Regionales este junio

Los franceses tienen una etapa anterior ante las urnas. Si la pandemia lo permite, el 13 de junio en primera vuelta y el 20 en segunda vuelta irán a elecciones regionales y departamentales. Los resultados pueden aclarar un panorama electoral que a la izquierda parece una jaula de grillos incapaz de frenar tanto a Le Pen como a Macron.

Su papel en segunda vuelta, como en 2002 y 2017, será el de pedir el voto contra cualquiera que no sea Le Pen. Ese esfuerzo será necesario porque los sondeos también advierten que el ‘frente republicano’ –la unión de todos contra la ultraderecha- empieza a ceder porque entre un tercio y la mita de los electores de izquierda aseguran que no irán a votar en segunda vuelta. En 2017 Macron ganó con el 66,1% de los votos en segunda vuelta a una Marine Le Pen que se quedó con el 33,9%.

Los últimos sondeos aseguran que esos casi 28 puntos de diferencia podrían quedarse en menos de 10. La prensa francesa recuerda con razón que los sondeos suelen dar tradicionalmente a la ultraderechista más de lo que termina consiguiendo.

Pero el ‘frente republicano’ muestra fisuras. El 53% de quienes voten a Mélenchon en primera vuelta no irán a votar en segunda vuelta. Lo mismo que hará el 50% de quienes voten a Hidalgo y el 44% de quienes opten por Jadot. En números redondos es prácticamente la mitad de la izquierda la que, por ahora, tiene pensado olvidarse de la segunda vuelta. Mélenchon ya lo hizo en 2017, cuando rechazó elegir entre Macron y Le Pen.

El mensaje socialista y ecologista es distinto, aunque está por ver que su electorado les siga en masa. Tanto Hidalgo como Jadot no dudarán, si caen en primera vuelta, en pedir el voto en segunda vuelta para Macron. Los conservadores están en la misma línea. El presidente del grupo de senadores de ‘Les Républicains’ (el equivalente al Partido Popular), Gérard Larcher, dice que votarán contra cualquiera que se enfrente a Le Pen, sea del color político que sea “y sin ninguna duda”.