Hong Kong ha informado de dos nuevas muertes causadas por el coronavirus mientras la ciudad lucha contra lo que los funcionarios han descrito como una "tercera ola" de infecciones por COVID-19. Su centro financiero, uno de los primeros lugares en ser alcanzado por el coronavirus, ha tenido un éxito impresionante al combatir la enfermedad con poco más de 1.500 infecciones.
La región gobernada por China se ha visto afectada por un nuevo aumento de casos y en las dos últimas semanas se han registrado más de 200 contagios locales. Las autoridades creen que el virus se está propagando nuevamente entre la ciudad, que cuenta con 7,5 millones de habitantes.
Hasta el momento, la excolonia británica ha contabilizado un total de 1.589 casos de coronavirus y diez muertes. La líder de la ciudad, Carrie Lam, anunció este pasado lunes nuevas medidas antivirus.
Así, las autoridades han prohibido que más de cuatro personas se reúnan en público y han decretado la obligatoriedad de la mascarilla en el transporte público. Además, los restaurantes sólo podrán servir comida para llevar de 18:00 a 5:00 horas. Doce tipos de negocios, incluidos gimnasios, salones de belleza, discotecas y locales de karaoke, han cerrado sus puertas. Algunas empresas también estarán clausuradas al público.
"Este es un momento de endurecimiento", dijo Lam a los periodistas, agregando que las medidas se revisarán cada siete días.
Se produce después de que Chuang Shuk-kwan, jefe de la rama de enfermedades transmisibles del Centro para la Protección de la Salud, dijo en una conferencia de prensa la semana pasada que el centro financiero asiático entró en su tercera ola del brote de coronavirus, según South China Morning Post.
La ministra de Salud, Sophia Chan Siu-chee, también describió la situación como "muy alarmante". El anuncio es un nuevo golpe para la economía de la ciudad, que ya estaba sumida en una recesión antes de la pandemia.
El año pasado, Hong Kong fue golpeado por la guerra comercial cada vez más agresiva entre Estados Unidos y China y por siete meses consecutivos de grandes y a menudo violentas protestas a favor de la democracia.