"Tuve que escupirlas para poder respirar. Se metieron por mi nariz y dentro de mis oídos", aseguró el hombre que se recupera en un hospital de Seton. Llegó a pensar que no sobreviviría porque "mi cuerpo estaba demasiado débil".
Su hijo Trey contó cómo encontró a su padre desplomado junto a una valla. "No se movía. Cuando fui a levantarlo miró hacia arriba y su cabeza estaba negra por todas las abejas. Lucía como si tuviera una colmena en la cabeza."
El joven explicó que tuvo que echarle varios cubos de agua y un vecino lo ayudó con un extinguidor para quitarle a los animales de la cara.
Los médicos que lo trataron en el centro médico de Seton le sacaron 1.200 aguijones, repartidos por las orejas, la nariz y la boca. Así fue como le salvaron la vida.
El ataque feroz de las abejas ocurrió el pasado 31 de agosto y todavía Lacaze Lamar permanece hospitalizado con las señales en su cuerpo. Los expertos creen que las abejas atacaron al hombre, porque se sintieron agredidas por las vibraciones o el ruido del tractor que conducía.
Al parecer las responsables del ataque fueron abejas africanas que suelen ser más agresivas que las europeas.
Por lo general, estos animales atacan a sus víctimas por la cabeza, porque se sienten atraídas por la respiración de los animales. El cabello, los colores oscuros, el pasto recién segado y las velas con aroma a cítricos y perfume también atraen a las abejas.
"He oído hablar de estas abejas, ya sabes, pero nunca pensé que podían atacar de esta manera", dijo Lacaze Lamar. "Yo ni siquiera las vi venir. De repente estaban ahí. "