Un hombre mata a su hija de cuatro meses porque no paraba de llorar
Los hechos sucedieron en la ciudad de Blackpool, Inglaterra
Falleció como consecuencia de una lesión traumática en la cabeza
Jordan Lee ha sido condenado a cadena perpetura
Jordan Lee, un hombre de 29 años, ha sido declarado culpable del asesinato de su hija Willow Lee, de solo cuatro meses de edad en la ciudad de Blackpool, en el condado de Lancashire, Inglaterra. Por ello, ha sido condenado a cadena perpetua con un periodo mínimo de 16 años para ser elegible para la libertad condicional.
El 3 de diciembre de 2020, la Policía de Lancashire inició una investigación después de personarse en casa de Jordan Lee, según consta un comunicado. Allí, alertados por los vecinos que escucharon el llanto del bebé, gritos pidiendo a la niña que se callase y, posteriormente, golpes; encontraron a Willow Lee, una niña de solo cuatro meses de edad, con varias lesiones.
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Entonces, la menor fue trasladada al hospital principal de Blackpool y, posteriormente, al hospital infantil Alder Hey, donde falleció el 6 de diciembre como consecuencia de un fuerte traumatismo en la cabeza.
La menor presentaba varias lesiones
En un principio, la Policía detuvo a Jordan Lee por intento de asesinato ya que tras ser interrogado había dicho que la niña se había caído del sofá. Sin embargo, un patólogo del Ministerio del Interior, reveló que la pequeña falleció como consecuencia de una lesión traumática en la cabeza que no podría haber sido causada por mero accidente; sino que probablemente se debió a un fuerte zarandeo y un golpe posterior. Cuando Jordan Lee supo esta versión, cambió su testimonio y contó que la pequeña había sufrido un segundo accidente cuando la subió al piso de arriba.
El informe del patólogo también reveló que la pequeña tenía hematomas en la oreja, la cara y el brazo como consecuencia de que le hubiesen agarrado, pellizcado, apretado, golpeado o abofeteado. En cualquier caso, las lesiones “habrían causado un inmenso dolor y sufrimiento” y le causaron la muerte tres días después.
Durante el juicio, el jurado no creyó que la pequeña sufriese dos accidentes y declaró a Lee culpable del asesinato de su hija. El viernes, el juez del Tribunal de la Corona de Preston le condenó a cadena perpetua con un periodo mínimo de 16 años para ser elegible para la libertad condicional.