La Policía británica de Scotland Yard trabaja a contrarreloj en el lugar del atentado para intentar esclarecer lo antes posible el modus operandi del atacante, sin descartar aún la hipótesis de que no hubiera actuado solo. Mientras tanto, los servicios de emergencia auxilian a los heridos en el atropello y confirman que el número de víctimas mortales ha ascendido a cuatro personas: un policía apuñalado en el Parlamento, dos personas atropelladas y el atacante.