El conflicto ha dejado sin ingresos a muchos yemeníes, han perdido sus medios de vida y no pueden comer debido a la inflación en los precios los alimentos.
Tras hablar con familias de desplazados en la provincia de Amarn, en el norte del país, Oxfam ha constatado que algunas se han visto forzadas a casar a sus hijas, en uno de los casos con solo 3 años, para poder comprar comida, tener un refugio y salvar al resto de miembros de la familia. Estos padres también obligaron a casarse a su hija mayor, Hanan, de 9 años, quien ha tenido que dejar de ir a la escuela.
"Mi suegra me golpea y cuando me escapo a casa de mi padre, mi padre me golpea de nuevo por huir. No quiero estar casada", confiesa la menor a Oxfam. "Solo quiero volver a la escuela", asegura.
"Los padres se están viendo forzados a dar pasos que arruinan las vidas de sus hijos ahora y para las próximas décadas", lamenta el director de Oxfam en Yemen, Muhsin Siddiquey, subrayando que "esto es resultado directo de una catástrofe obra del hombre provocada por el conflicto". Desde la confederación llaman a la comunidad internacional a hacer todo lo posible para poner fin al combate y garantizar que el pueblo tenga los alimentos, el agua y las medicinas que necesitan.
Los enfrentamientos han forzado a muchas familias a huir hacia zonas aisladas en las que no hay infraestructuras básicas como escuelas, redes de agua y saneamiento o centros de salud. En muchos casos, explica Oxfam, viven en pequeñas tiendas de campaña o casas de barro sin apenas protección frente el sol, la lluvia o las gélidas temperaturas invernales.