Para los afganos residentes en España el dolor por la situación en su país es doble. Por un lado, el sufrimiento de lo que acontece allí y por otro la impotencia de no poder ayudar. Un equipo de 'Informativos Telecinco' ha estado con dos de ellos que nos han contando cómo están viviendo esta pesadilla a miles de kilómetros de sus familias.
Su mirada refleja tristeza y preocupación. Gul Khan llegó hace diez años a Barcelona. Abandonó su país y a su familia para no caer en las redes de los talibanes. Él mismo cuenta cómo se vive la brutalidad y la barbaridad ahora mismo en su país: "Si llevo esta camiseta me pueden cortar el cuello". Su principal deseo es traerse a Aisha, su mujer de 23 años: "Es una persona que para mi es mi vida". Se casaron hace dos años. Ella y sus suegros llevan días sin salir de su casa en Kabul.
Otro caso es el de Mohamed. Sus tres hermanos están en Afganistán y corren peligro por su activismo político. Su impotencia por los acontecimientos le genera frustración hasta tal punto que no consigue conciliar el sueño ni dos horas seguidas. "Pido al gobierno de España", suplica Mohamed.
Para ambos, sus teléfonos movibles son su única ventana para asomarse al infierno en el que vive su país. Aunque advierten que denunciarán a España si a sus familiares les ocurre algo malo. Pese al dolor, el sueño de volver a abrazar a sus familiares es su mayor esperanza. 6.000 kilómetros separan el infierno de una nueva vida. Una que cada atardecer, sueñan con alcanzar