La convulsión política en Estados Unidos es máxima. Un año después de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos no hay un día tranquilo, nos hay día sin sobresaltos. Pero el último, el que abre una guerra de dosieres en el propio Capitolio es tan insólito como peligroso.
Todo comenzaba el viernes con la bomba, en forma dosier con nombre de torpedo "el Informe Nunes", el congresista republicano encargado de realizar una investigación de tres páginas y media que intentase aclarar - si es posible- si hubo o no hubo colisión entre algunos de los colaboradores de Donald Trump durante la Campaña Presidencial del 2016, tal y como mantiene la investigación del FBI y el fiscal general que lleva el caso Robert Muller.
El informe Nules asegura que la investigación del FBI se inicia de forma partidista y ro mando la ilegalidad con la connivencia del partido Demócrata, la campaña de Hillary Clinton, el visto bueno del propio presidente saliente Barak Obama y la colaboración de republicanos insignes como el ex- candidato republicano a la Presidencia y enemigo confeso de Trump en el partido, Jhon MacCain.
Según esas tres páginas y media, el FBI habría investigado a los colaboradores más cercanos de Trump en secreto, utilizando las armas del estado tras recibir un informe de Steel, un espía británico pagado por la campaña de Hilary Clinton y de los demócratas para desacreditar a Donald Trump. Dicho informe se escribió desde Junio y hasta diciembre de 2016 ( los últimos meses de campaña electoral en Estados Unidos). Dicho dosier es la base de la investigación del FBI contra Trump y su gente, para lo cual pidieron una aprobación FISA ( aprobación secreta por parte de una Corte Federal para investigar a ciudadanos estadounidenses sin su conocimiento porque hay indicios probados de que han cometido delito contra los intereses de Estados Unidos).
El problema está en que Steel fue contratado por la agencia de estrategia política del partido demócrata que veía como Trump subir en las encuestas. Dicha empresa se llama Fusion GPS.
Fue el propio senador Republicano Jhon MacCain quien se encargó de repartir el informe Steel entre los republicanos contrarios a Trump porque les parecía un peligro para el establishment.
El hecho de que ninguno de los puntos del informe que inició la investigación del FBI se haya podido corroborar y que muchos datos hayan sido declarados falsos es lo que pone de manifiesto el dosier "Nunes".
Esta semana se espera el contrainforme, preparado por los demócratas en el capitolio, una vez que haya pasado los correspondientes filtros de Seguridad Nacional en el que previsiblemente se pondrá de manifiesto el interés demócrata para investigar a Trump.
Según publica el New York Times el informe Demócrata revela que el FBI no mencionó en ningún momento en su investigación que el espía Steel estaba siendo pagado por el partido Demócrata y la campaña de Clinton, pero que sí dice, que el informe de Steel tenía "motivaciones políticas", y es justo este punto el que deja sin argumentos a todos. Si el propio partido demócrata dice que la investigación sobre la "colisión " de Trump con Rusia nace con motivación política, es muy posible que no llegue a ningún sitio porque está "viciado" de origen.
El escándalo está servido. La guerra entre Republicanos y Demócratas es a muerte y están en juego nada más y nada menos que el FBI y la credibilidad de los medios de comunicación que " dieron por buena" toda la información que les llegaba de la campaña de Clinton sin verificar.
Semana de infarto.