Lo intentó el pasado domingo y no lo logró porque se lo impidieron las fuerzas bolivarianas. Tampoco este martes ha logrado saltar la verja de entrada para llegar a la Asamblea Nacional. La Guardia Nacional Bolivariana se lo ha vuelto a impedir. Sin embargo, esta vez el intento no terminó ahí. Una avalancha humana se ha enfrentado a los militares chavistas en la puerta; un tumulto que el autoproclamado presidente, Juan Guaidó, ha aprovechado para colarse en el recinto.
Lo advirtió el día anterior: no iba a rendirse. “Vamos a poner el pecho. Venezuela lo vale; nuestros hijos lo valen. Vamos a arriesgar el físico”, dijo. Y Guaidó, finalmente, logró burlar el cordón.
A partir de ahí, lo que sucedieron fueron las carreras y el caos. Guaidó, envalentonado, buscaba a los periodistas. “Es usted el que decide, no una cuerda de corruptos y ladrones. ‘¡No! ¡No son ellos!”, gritaba.
Dos imágenes se producían simultáneamente: mientras huía el presidente de la Asamblea colocado por Nicolás Maduro este domingo, entraban a la fuerza los diputados de la oposición, que consiguieron en tromba hacer huir a los agentes del lugar y tomar los pasillos del edificio.
Guaidó conseguía jurar una vez más como presidente interino del país: “¡En nombre de Venezuela, juro!”, exclamaba en la sala.
Aquí estamos para defender sus derechos (...) ¡Vamos a recuperar Venezuela, carajo!", ha proclamado, tachando a Maduro de “dictador” y “cobarde” por militarizar la Asamblea Nacional: "Vamos a hacer todo lo humanamente posible (...) para poder sesionar”, ha advertido.
Guaidó ha ganado esta batalla, pero la guerra por la Asamblea Nacional continúa.