La superioridad militar rusa en la guerra de Ucrania es evidente. No obstante, el Ejército y la población ucraniana están dispuestos a no ponérselo fácil con acciones de guerrilla urbana: construyen barricadas, trincheras y atacan a los tanques con todo lo que tienen a mano. Incluso con cócteles molotov preparados por ellos mismos.
Los ucranianos llaman a resistir. "Destrúyelos. Echa al enemigo de tu casa, de tu país". Es el mensaje que está lanzando el Ministerio de Defensa ucraniano a sus ciudadanos, y lo completa con gráficos sobre cómo fabricar un cóctel molotov y en qué zonas de los blindados rusos debe impactar para causar más daño.
Muchos civiles están respondiendo a la llamada y se preparan para combatir contra militares profesionales con esa única arma, los objetos incendiarios. "Lo que se pretende es crear la fricción de la población civil, que intenta impedir el paso de las tropas", explica Félix Arteaga, uno de los investigadores del Real Instuto Elcano.
El experto alerta de que, a pesar del efecto propagandístico de los primeros éxitos de esta resistencia urbana, su capacidad para influir en la contienda militar es nula. "Se les pide ofrecer una resistencia desarmada que les va a convertir más en víctimas que en combatientes", añade Arteaga. Y es que estos hechos pueden aumentar las muertes de civiles en la guerra.