Abandonan a su recién nacido con una enfermedad rara en el hospital y miles de personas quieren adoptarle
Las autoridades buscan el mejor hogar para Giovannino
Padece ictiosis de arlequín, que provoca heridas en la piel
No tiene cura y solo se puede intentar evitar las infecciones
El teléfono del hospital Sant'Anna de Turín, Italia, echa humo desde que se supo que hay un bebé que fue abandonado por sus padres al nacer. El pequeño, al que llaman cariñosamente Giovannino, sufre una extraña enfermedad de la piel para la que no hay cura. El pronóstico es que no sobreviva mucho tiempo.
A Giovannino, tristemente el niño más conocido estos días en Italia, le salen unas heridas en la piel con cierta forma de escamas. La ictiosis de arlequín no tiene cura. Lo único que se puede hacer es ponerle varias cremas en el cuerpo varias veces al día para paliar el dolor y que las heridas no se infecten.
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Sus padres, al saber que había nacido con esta extraña enfermedad, lo han abandonado en el hospital. Desde que nació Giovannino permanece en la UCI.
Desde que el hospital de SantÁnna hizo pública su terrible historia, las llamadas no han parado. Cientos de personas se han interesado por adoptarle o ayudarle económicamente. Incluso una organización benéfica, la ‘Piccola Casa della Divina Providenza del Cottolengo’ ha escrito una carta pública en la que muestra su interés por acoger al niño de solo cuatro meses.
Las autoridades italianas han explicado que están evaluando cuál es el mejor lugar para el niño, que necesita cuidados constantes, informa el diario Lastampa. Mientras tanto, como hacen desde que naciera y lo abandonaran, el personal de enfermería del hospital hace turnos para cuidarlo todo el tiempo. Una de las enfermeras ha dicho que realmente “no sé cuál es el motivo del abandono. La única certeza es que este niño fue abandonado". Todos en el centro sanitario sueñan “con que pronto tenga una habitación propia”.
Qué es la ictiosis de arlequín
Es una enfermedad muy rara, que sufre una persona entre un millón, de la que no hay cura y que en el caso de los bebés tienen muchas posibilidades de no sobrevivir.
Por un defecto genético la piel es demasiado gruesa y se agrieta formándose placas con formas parecidas a las escamas de un arlequín de ahí su nombre. Solo se pueden poner varias cremas varias veces al día para paliar el dolor y evitar infecciones.
Los rasgos faciales puede distorsionarse y los bebés también presentan contracturas, problemas auriculares y/o de los dedos de los pies con riesgo potencial de autoamputación. Los niños que sobreviven tienen una esperanza de vida normal pero pueden tener retraso en el desarrollo y una limitación de las habilidades motoras y de las relaciones sociales.