La gestión de las vacunas aísla a Von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea culpa a su vicepresidente y genera malestar en las estructuras comunitarias
“El fantasma del Berlaymont”. Así se refieren a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, muchos funcionarios comunitarios. La alemana, que a su llegada a Bruselas hizo acondicionar un pequeño apartamento en el edificio que sirve de sede central de la Comisión Europea y que a la mínima sale corriendo a su Hannover familiar, está pasando los peores días de su mandato por la crisis de la gestión de las vacunas.
Aislada en parte de las estructuras de personal de la Comisión Europea, acostumbradas a lidiar con crisis sobrevenidas, y aconsejada por personas de su máxima confianza traídas desde Berlín de cuando era ministra de Defensa, Von der Leyen acumula críticas en los últimos días y ve cómo va aumentando el malestar, incluso entre los comisarios.
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En Bruselas nadie duda de que la compra conjunta de las vacunas fue una estrategia adecuada en el fondo. El problema surgió con las formas, con los contratos y con la gestión. No hubo seguimiento, hasta el punto de que AstraZeneca debía probar que había usado parte del dinero adelantado en verano por la Comisión Europea para reforzar sus capacidades de producción, nunca lo hizo y nadie dio la voz de alarma.
Error político grave en Irlanda del Norte
El fin de semana provocó una tormenta en un vaso de agua cuando desde el gabinete de Von der Leyen se decidió activar el protocolo 16 del acuerdo con el Reino Unido para impedir la circulación de vacunas y sus ingredientes desde Irlanda a Irlanda del Norte por miedo a una fuga hacia el Reino Unido. La decisión consiguió poner de acuerdo a Dublín, Londres, nacionalistas y unionistas norirlandeses.
Nadie en Bruselas había tenido apenas la deferencia de levantar un teléfono y consultar una decisión de tal calado con el Gobierno irlandés, que respondió airado. La comisaria irlandesa, Mairead McGuinness, llegó a decir que nadie le había consultado, cuando oficialmente había sido una decisión del conjunto del colegio de comisarios. Al menos otros dos comisarios, cuyo equipo pudo contactar NIUS en los últimos días, aseguran que apenas les dieron 15 minutos para consultar la decisión que se iba a tomar y que no pudieron hacer alegaciones.
La agencia ‘Bloomberg’ aseguraba el mismo domingo que el equipo del negociador europeo del ‘Brexit’, Michel Barnier, estuvo totalmente en contra de tomar esa decisión, que además va contra la política del Gobierno irlandés de los últimos años. Hasta el antiguo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dio una entrevista este lunes para criticar la decisión de controlar las exportaciones de vacunas, que ya empezaron a afectar a países como Canadá o Japón.
Von der Leyen culpa a Dombrovskis
Un error político de cuya responsabilidad Von der Leyen quiso culpar este lunes a la Dirección General de Comercio, de la que es responsable el vicepresidente Valdis Dombrovskis. El gabinete del letón salió en tromba a decir que únicamente siguieron órdenes de la presidenta y de los servicios comunitarios implicados en la operación. Von der Leyen dio marcha atrás en horas, en la misma noche del domingo, pero ya había dejado unos pocos callos bien pisados.
El malestar recorre los servicios comunitarios. Fuentes cercanas a la comisaria de Salud Stella Kyriakides señalan que mientras ella debe salir, casi semanalmente, a dar explicaciones a la prensa y a contar las malas noticias, la presidenta se limita a publicar videos en Twitter. Von der Leyen no ha dado una conferencia de prensa en Bruselas desde octubre, un hecho insólito en las últimas décadas.
Atención a los medios…alemanes
El cuerpo de corresponsales de la ‘capital’ comunitaria, que sin contar a técnicos y cámaras supera los 800 periodistas, no tiene apenas acceso a ella. Salvo los alemanes. Justo después de las vacaciones de Navidad Von der Leyen llegó a convocar una pequeña conferencia de prensa, con preguntas, a la que sólo fueron invitados periodistas alemanes. Un desprecio al resto del que es ajeno el servicio de prensa de la institución, puenteado por los asesores alemanes de la presidenta.
En las últimas semanas ha ido dando explicaciones sólo en medios alemanes hasta que el la tarde del lunes, ante la presión, aceptó una entrevista conjunta con siete diarios, entre ellos ‘El País’.
Explicaciones en la Eurocámara…a puerta cerrada
El malestar llega al Parlamento Europeo. El grupo liberal invitó a la presidenta a participar este martes en un debate sobre los contratos de las vacunas. Von der Leyen, que podía haberse negado aunque hubiera supuesto un desaire a la Eurocámara, aceptó participar y lo hará esta tarde, pero no será un debate al uso. Sólo aceptó reunirse uno por uno con los grupos parlamentarios y a puerta cerrada.
Sophie in ‘t Veld, eurodiputada liberal holandesa y una de las figuras más destacadas de su grupo, se desahogaba anoche en Twitter: “Ayer pedí un debate en el plenario con la presidenta Von der Leyen, pero reuniones a puerta cerrada no es dar explicaciones. Las explicaciones se las debe a los ciudadanos, en público, en el espacio político de la sesión plenaria, con todos los grupos participando”.
El ex primer ministro finlandés y antiguo eurodiputado Alexander Stubb, le dejaba anoche un consejo en Twitter: “Regla número uno de un líder: si tu organización la caga, nunca, nunca culpes a tu equipo públicamente. Cuando el ventilador ventile la mierda, te encargas de ella. Después discutes en privado con tu equipo qué pasó y cómo pueden mejorar la situación todos juntos”.
A lo que ha seguido un rapapolvos en el día de hoy:
Stubb podría haber sido el actual presidente de la Comisión Europea si en las primarias de los populares europeos hubiera derrotado al alemán Manfred Weber. Von der Leyen adelantó a Weber porque este era un candidato imposible para liberales y socialistas y para muchos gobiernos. Stubb lo hubiera tenido más fácil de haber derrotado a Weber.
Menos AstraZeneca y más Pfizer
Bruselas da pasos para alejarse de AstraZeneca y acercarse a Pfizer/BioNTech y Johnson&Johnson. Esa es la orden dada en los cuarteles generales de la Comisión Europea y adelantada ayer por la directora general de Salud del Ejecutivo comunitario, Sandra Gallina. La italiana, que fue la negociadora de los contratos, explicó a los eurodiputados que los retrasos de AstraZeneca habían hecho que cambiara la estrategia.
Reconoció que la anglo-sueca era la farmacéutica que debía proporcionar la mayor cantidad de viales durante este primer trimestre, pero que sólo puede garantizar el 25% de lo que había prometido. Así que la apuesta europea ahora, explicó Gallina, es por seguir a Pfizer, que está firmando contratos con gigantes como Sanofi, Novartis o Bayer y negocia con otros como Pharmamar o el Institut Pasteur francés. Así multiplica su capacidad de producción y podrá entregar como mínimo 75 millones de dosis adicionales en el segundo trimestre.