Una mujer ha sido condenada a 30 años de cárcel por torturar hasta la muerte a su empleada doméstica, que falleció pesando apenas 24 kilos. Un Tribunal de Singapur ha dictado la sentencia contra Gaiyathiri Murugayan, de 41 años, a la que ya había declarado culpable de los 28 cargos que se le imputaban, entre ellos el de homicidio de Piang Ngai Don.
El juez, que ha descrito el caso como "uno de los peores" que recuerda, ha considerado probado que Murugayan sometió a Piang a abusos físicos prácticamente diarios durante los 14 meses en los que trabajó para ella. La empleada sufría golpes y quemaduras y se alimentaba básicamente de pan y agua hasta que falleció en 2016.
La fallecida pasó los últimos 12 días de vida, atada a una ventana, obligada a dormir en el suelo, según medios locales.
La Fiscalía había pedido para la acusada la cadena perpetua, después de considerar que podía imputársele un delito de asesinato. La defensa, por su parte, reclamaba únicamente nueve años, alegando que Murugayan no tenía antecedentes y que culpaba a Piang de la enfermedad de sus hijos.
Singapur es un destino recurrente para migrantes que ven en el servicio doméstico una vía de escape a situaciones precarias. Unos 250.000 inmigrantes trabajan en este sector, mientras que en términos generales una cuarta parte de los habitantes de Singapur son de origen extranjero.