Un total de 29 personas han muerto, entre ellas dos niños, y varias han resultado heridas en las localidades haitianas de Aquin y Nippes como resultado del terremoto de magnitud preliminar 7,2 registrado el sábado en el oeste del país, y que ha causado una gran destrucción en las zonas próximas al epicentro.
De los fallecidos, 17 eran del departamento de Grand-Anse, nueve en la ciudad de Cayes y tres en el departamento de Nippe, según Jerry Chandler, director de Protección Civil en Haití. Además, entre ellos hay dos niños, de siete y nueve años de edad, según han confirmado las fuentes del medio 'Gazette Haiti'.
El seísmo ha sido registrado a las 14.29, hora peninsular española, a unos 12 kilómetros de la localidad de Saint-Louis du Sud, y con un hipocentro a 10 kilómetros de profundidad, de acuerdo con el informe del USGS, que ha emitido una alerta roja ante la posibilidad de que el seísmo haya dejado un gran número de víctimas.
Minutos después se ha registrado una réplica de magnitud 5,2 a 17 kilómetros de la localidad de Chantal, de nuevo con un hipocentro a 10 kilómetros de profundidad.
Según el portal 'Gazette Haiti', el seísmo se ha percibido en la capital, Puerto Príncipe, durante varios segundos. La ciudad se encuentra a unos 130 kilómetros del epicentro del terremoto.
La destrucción ha sido particularmente notoria en la zona de Les Cayes, donde se han derrumbado los hoteles de Le Manguier y Petit pas Hotel, según informa el diario haitiano 'Le Nouvelliste'.
Uno de los principales hospitales de la zona, el Saint-Antoine de Jérémie, está ahora mismo colapsado de pacientes, y necesita refuerzos y medicinas para la atención de emergencia, de acuerdo con el medio.
Finalmente, el Servicio de Alerta de Tsunamis del Servicio Meteorológico de Estados Unidos ha dado por cancelado el aviso de fuerte oleaje emitido en los minutos posteriores al seísmo.
Haití, considerado el país más pobre del hemisferio occidental, aún vive con el impacto del catastrófico terremoto de 2010 que dejó unas 200 000 personas muertas. El país también vive un estado de agitación política desde el asesinato en julio del presidente Jovenel Moise.