"El marido conducía el coche con explosivos que empotró contra la puerta de esa iglesia", ha explicado un portavoz de la Policía de Java Oriental, Frans Barung Mangera, en declaraciones a la prensa desde la comisaría central de Surabaya.
La mujer y dos de sus hijas -de 12 y 9 años- atentaron contra una segunda iglesia y el tercer templo fue atacado por "otros dos hijos -de 18 y 16 años- que entraron en el templo con una motocicleta y llevaban la bomba en sus muslos", ha explicado Mangera. Dos de los heridos son policías.
La Policía ha responsabilizado de estos atentados al grupo Yemá Ansharut Daulá (JAD) y asegura que los responsables estaban en la lista de 500 simpatizantes del Estado Islámico que han regresado al país desde Siria.
JAD es una coalición incluida en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos que cuenta con cientos de simpatizantes yihadistas. El propio Estado Islámico ha reivindicado estos atentados en un mensaje publicado por la agencia de noticias afín Amaq.
"Este acto bárbaro supera todos los límites de la humanidad y ha causado víctimas entre los miembros de la sociedad, la Policía e incluso entre niños inocentes", ha reprochado el presidente de Indonesia, Yoko Widodo, durante su visita al lugar de los atentados.
Este ha sido el atentado más mortífero atribuido al Estado Islámico perpetrado en Indonesia y el peor desde el ataque de octubre de 2005, cuando tres suicidas mataron a 20 personas en restaurantes de Bali.
Además, en la última semana seis miembros de una unidad especial antiterrorista han muerto en una intervención en una cárcel de las afueras de Yakarta donde se produjo un motín.
Casi el 90 por ciento de los indonesios son musulmanes, y es el país más grande del planeta en el que esta religión es mayoritaria. Sin embargo, hay importantes minorías de hindúes, cristianos, budistas y creyentes en las religiones étnicas.
El terrorismo islamista ha perpetrado importantes atentados como el de enero de 2016 en el que cuatro suicidas y milicianos acompañantes atacaron una zona comercial del centro de Yakarta. La comunidad cristiana ha sido atacada en ocasiones como la de la Navidad de 2000, cuando murieron 20 personas en ataques contra iglesias.