La ex mejor amiga de Melania Trump publica unas grabaciones secretas de la primera dama de Estados Unidos

  • Las grabaciones forman parte de la promoción del libro publicado por Stephanie Winston Wolkoff, 'Melania y yo'

  • En una de las conversaciones Melania aborda su viaje a la frontera, parece justificar la separación de familias y habla de su polémica chaqueta

  • En otro fragmento de audio, la primera dama estadounidense se queja del trato de la prensa y de la tradición de decorar la Casa Blanca por Navidad

La que hasta hace no mucho era la mejor amiga y principal confidente de la primera dama de Estados Unidos, Stephanie Winston Wolkoff, ha publicado unas grabaciones comprometidas de sus conversaciones más íntimas y privadas.

En las cintas, que Wolkoff hace públicas ahora como promoción de su libro 'Melania y yo', Melania Trump habla de su frustración con la "prensa liberal", del maltrato al que se siente sometida por el periodismo más progresista y -sobre todo- de su visita a un centro de detención de inmigrantes en plena polémica por la separación de familias tras cruzar la frontera de manera irregular. Y sí, también habla de su dichosa chaqueta.

Justificación de la separación de familias en la frontera

En uno de los audios hechos públicos en los que Melania Trump aborda su viaje a la frontera, la primera dama se muestra molesta por la cobertura mediática y justifica la polémica política de separación de familias impulsada por el Gobierno de su marido. Asegura, por ejemplo, que muchos de los niños se congratulan de tener una cama y una taquilla en la que guardar sus pertenencias "porque ni siquiera tenían eso en sus propios países. Duermen en el suelo" y defiende el trato que reciben de las autoridades aduaneras "los están tratando bien".

Durante el mismo fragmento, Melania asegura que los padres de estos pequeños merecen ir a la cárcel por cruzar ilegalmente la frontera con la ayuda de las mafias de 'coyotes'. "Es triste, pero cuando llegan aquí así, algo hay que hacer". "A muchas de estás madres e hijos les enseñan lo que tienen que decir (para solicitar asilo en suelo estadounidense). Llegan y dicen que van a ser víctimas de las bandas o que su situación es muy peligrosa para poder quedarse (...) No es verdad".

'En realidad no me importa. ¿Y a ti?': la polémica chaqueta de Melania

Fue durante ese viaje y en medio de una tormenta política cuando Melania lució su célebre chaqueta que acaparó titulares en medio mundo. En su espalda se leía el mensaje 'En realidad no me importa. ¿Y a ti?'. En un momento de la conversación, Wolkoff le pregunta qué es lo que la llevó a ponerse esa chaqueta en un momento tan delicado. "Estoy volviendo locos a los progresistas, eso es seguro. Y eso fue lo que... Se lo merecen". Las palabras de Melania contradicen la versión que hizo pública entonces la Casa Blanca, en la que aseguraba que tras el mensaje en la chaqueta no se escondían segundas intenciones.

Adornos de Navidad y maltrato de la prensa progresista

Pero quizás el audio más jugoso de los hechos públicos por Wolkoff es cuando Melania vuelve a quejarse del trato de la prensa y de la empatía (de la prensa y de las redes sociales dentro y fuera de Estados Unidos) que muchos mostraban hacia su figura. "No me importa una mierda.(...)Salió toda esa mierda en la que la gente se sentía mal por mí, subió mi apoyo en las encuestas".

En otro fragmento Melania pone como ejemplo la tradición de decorar la Casa Blanca por Navidad. "Dicen que soy cómplice. Que soy como él, que lo apoyo, Que no digo lo suficiente. Que no hago lo suficiente. Que dónde estoy. Me estoy dejando los cuernos". "Con lo de Navidad: ¿a quién le importa una mierda la decoración de Navidad? Pero lo tengo que hacer, ¿verdad? Y cuando digo que estoy planeando la decoración dicen: ¿y qué pasa con los niños separados de sus familias? ¡Dadme un puto respiro! ¿Dónde estaban cuando Obama hacía lo mismo?"

En definitiva, las grabaciones secretas fulminan el mito de una Melania Trump prisionera de su matrimonio y encarcelada en una jaula de oro, contraria a las políticas de su marido y resignada a mantener un papel institucional con el que no está cómoda. Muy al contrario, la primera dama parece defender el argumentario de su marido, desde la mano dura contra la inmigración irregular al supuesto maltrato de la prensa, pasando por la constante comparación con los Obama.