Un Eurogrupo de trincheras más dividido que nunca
Nadie cede a horas de una reunión decisiva para el futuro de Europa tras el coronavirus
Decían los padres fundadores que Europa se forja en las crisis. La historia demuestra que aquella idea es cierta pero para ello se necesita un acuerdo que recoja las prioridades de todos y salve la cara de todos. A horas de un Eurogrupo decisivo para el futuro a corto plazo de la economía europea –decisivo hasta que se organice otro- las posiciones parecen alejarse con respecto a la última semana. El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, pidió el lunes a los ministros que olviden la bronca y se centren en trabajar un acuerdo ambicioso.
Italia (y España) dicen no, por ahora
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Italia se plantó anoche. Giuseppe Conte repitió que rechaza el uso del fondo de rescates (MEDE) porque lo considera “una herramienta totalmente inadecuada”. El Gobierno español mantiene silencio desde ayer pero si su posición es la carta abierta publicada en varios diarios europeos por Pedro Sánchez, España deberá estar al lado de Italia. Italia repite que el norte de Europa debe entender que esta crisis no es la de 2008 y que las herramientas de entonces no sirven ahora. Roma se vería humillada si termina pidiendo un rescate y recibiendo la visita de los ‘hombres de negro’, como pretende una Holanda que parece quedarse sola.
Alemania se movió un poco. Holanda dice NO a todo
Al otro lado de la mesa aparece una Alemania que se movió en los últimos días. Berlín ya acepta que se use el MEDE sin condicionalidad (sin troika, sin hombres de negro). A cambio rechaza cualquier tipo de mutualización de deuda, ya sea de forma extraordinaria para esta crisis (coronabonos), ya sea de forma permanente (eurobonos).
Austria se mueve con Alemania y Finlandia, el cuarto del grupo de los ‘tacañones’, parece más cerca de una Holanda que dice no a todo: NO al MEDE sin condicionalidad, NO al SURE (el programa para financiar los ERTE) de la Comisión Europea y no a mutualizar deuda. El MEDE es un mecanismo para los países integrantes de la Eurozona, y no de la Unión, por lo que habría que habilitar lineas para otros países.
OMT
El OMT es un mecanismo creado por Mario Draghi cuando era Presidente del Banco Central Europeo y que se explica como una "linea pesada de financiación" del Banco Central Europeo destinada a "rescatar" a países grandes, como Italia o España. Cuando quebró Grecia, en 2010 se entendía que hacía falta un mecanismo por si en algún momento los "grandes" resultaban contagiados, que no se utilizó. Este mecanismo se podría activar a través del MEDE precautorio.
Francia quiere un fondo de reconstrucción
Francia, más cercana a la posición italo-española, aceptaría la idea alemana a cambio de que se contemple la creación de medio plazo (para finales de año o principios de 2021) de un nuevo fondo, dedicado a la reconstrucción económica. Ayer lo detalló: 430.000 millones (3% del PIB de la UE), abierto a todos pero dedicado principalmente a los países más dañados por esta crisis, financiado con eurobonos y respaldado por contribuciones nacionales y cuyos préstamos sean a muy largo plazo, de un mínimo de 20 años.
La reunión de este martes debe al menos poner sobre la mesa de los líderes un documento con medidas a corto plazo y una vaga promesa a largo plazo de algún tipo de deuda conjunta. Sin eso no habrá acuerdo. Mario Centeno, ministro de Economía portugués y primus inter pares, deberá cuadrar el círculo.
El MEDE
El Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescates que se creó tras la crisis de 2008, deberá tener un papel importante en cualquier acuerdo a pesar de la negativa europea. No parece posible un acuerdo si Holanda sigue exigiendo que los préstamos conlleven condiciones de ajuste fiscal y hombres de negro. El MEDE pondría 240.000 millones para préstamos a interés menor al que Italia puede conseguir en los mercados. Nadie se cree que esa cifra (unos 39.000 millones para Italia o unos 28.000 para España) sea suficiente ante esta crisis.
Italia cree que pedir al MEDE la estigmatiza y que a la larga los ‘tacañones’ terminarán por introducir condiciones de ajuste en los préstamos. Holanda quiere que Roma “prometa” recortes de gasto público (lo puede llamar reformas estructurales) en cuanto pase lo peor de la crisis sanitaria. Los holandeses critican que Italia y España ni siquiera quieran discutir las condiciones del MEDE.
El MEDE cuenta con dos lineas de financiación, una primera que implicaría la activación de la "troika" los hombres de negro y que conlleva una intervención temporal de las cuentas del país, como sucedió con Grecia. Y una segunda línea o "precautoria", que evita a los "hombres de negro" y que está pensada como "previsión ante una crisis", no conlleva la intervención de la troika ni condicionalidad. Se trata de préstamos (deuda como el SURE) de 100.000 millones de euros.
El SURE
El plan de la Comisión Europea para ayudar a la financiación de los ERTE, que parecía tan modesto (100.000 millones de euros) que no iba a molestar a nadie también será cuestión de debate. Alemania ya le dio el visto bueno (se lo había dado antes de su anuncio) pero Holanda no. Los holandeses creen que detrás de SURE se esconda la garantía europea de desempleo que España lleva años peleando. Los holandeses quieren que el fondo desaparezca a la vez que la pandemia.
El BEI
El Banco Europeo de Inversiones propone movilizar 40.000 millones de euros pero nadie cree que sea suficiente. Los ministros tienen sobre la mesa una propuesta para aumentar en 25.000 millones el capital el BEI y que así éste pueda prestar (a pymes) hasta 200.000 millones de euros.
Fondo de reconstrucción
O como termine siendo bautizado si algún ve la luz. Francia, con apoyo de al menos ocho países, entre ellos España e Italia, y el visto bueno de los comisarios de Industria (francés) y Economía (italiano) quiere ya un acuerdo para crear un fondo europeo que se dedique reconstruir con inversiones el tejido industrial y productivo europeo tras la crisis.
Los franceses apuntan a la creación de un fondo que tendría unos 420.000 millones de euros (algo menos del 3% del PIB europeo), que se financiaría con emisiones de deuda conjunta avalada con fondos nacionales, que prestaría a muy largo plazo (mínimo de 20 años) y que estaría abierto a todos los países de la UE pero principalmente a los más dañados por la crisis.
Centeno tendrá que buscar la forma de que el acuerdo de esta noche tenga alguna referencia a un fondo a medio y largo plazo. Y a ser posible a algún tipo de mutualización de deuda de forma limitada y extraordinaria. Si hay acuerdo (rara vez lo hay, se suele dejar a los líderes), anunciarán que hay un plan de más de medio billón de euros: 240.000 del MEDE, 100.000 del SURE y 200.000 del BEI. Los tres son préstamos.