No es una escena de la 'Guerra del planeta de los simios'. Esta desbandada de macacos es real y ha ocurrido en Tailandia. Los monos corren despavoridos ante el estruendo provocado por los fuegos artificiales. Hay tantos a la carrera que obligan a parar el tráfico.
Aquí, en Lopburi, a 150 kilómetros al norte de Bangkok, unos 3.000 macacos, considerados descendientes de un Dios Mono, viven normalmente a cuerpo de rey. La ciudad es suya, ya que son alimentados por las autoridades locales y campan a sus anchas por las calles y templos.
Pero siempre por estas fechas, su plácida existencia se ve sacudida con la fiesta local y esos fuegos atronadores que los enloquecen. La estampida se repite un año tras otro, permitiendo a aquellos vecinos cansados de los privilegios de los dioses monos tomarse por un día su revancha.