2020 será un año decisivo para Estados Unidos. El presidente Donald Trump aspira a ganar la reelección en las elecciones presidenciales de noviembre del año que viene y quedarse cuatro años más en la Casa Blanca. Una veintena de demócratas intentan arrebatarle la presidencia, además de tres republicanos.
Las primarias arrancarán en febrero de 2020, pero las campañas llevan ya meses en marcha. Con momentos importantes.
Porque la campaña electoral ya ha empezado. Los demócratas han celebrado tres debates desde el inicio del verano de 2019. Y las encuestas echan humo desde entonces. Eso importa porque aquí la ventaja en los sondeos y la exposición en los debates pueden dar impulso a los candidatos en términos de recaudación y atención mediática. Y de ese dinero depende que una campaña siga en pie o no.
Muchos. Quedan en pie una veintena. Y aún eran más. Alrededor de media docena se retiraron de la carrera durante el verano. Desde el principio, tres nombres han liderado las encuestas.
- En Real Clear Politics se puede seguir una media evolutiva del total de encuestas.
Tres nombres se han lanzado a la carrera como republicanos para intentar arrebatarle la candidatura presidencial a Trump. Con relativamente poco peso en el panorama nacional.
Pocas. Trump cuenta con el apoyo indiscutible de la maquinaria del Partido Republicano, y han batido récord de recaudación de fondos de campaña, muy por encima de los demócratas. Trump, que ha celebrado mítines electorales durante toda su presidencia, cuenta con una altísima aprobación entre votantes republicanos, un 84% según el último sondeo de Monmouth University. El presidente asegura que no dará oportunidad a sus rivales de participar en debates. Y les ha dado el apodo de los “Tres Chiflados“ en Twitter.
Según encuestas recientes de Fox o ABC/Washington Post, el presidente estaría entre 10 y 15 puntos por detrás de los principales demócratas. Pero Trump recuerda que las encuestas se equivocaron con él en 2016. Mientras, los demócratas tienen los ojos puestos en los tres estados que dieron la victoria a Trump hace tres años: Michigan, Wisconsin y Pensilvania, además de aquellos enclaves donde los republicanos están viviendo desgaste en elecciones locales y encuestas desde entonces.
Su aprobación general en las encuestas está en mínimos. Por debajo del 40%, según Gallup, tras dos años y medio de una turbulenta presidencia. Según la historia, los presidentes que a estas alturas de mandato tienen unas cifras de aprobación tan bajas, pueden tener dificultades en la reelección. Hay interrogantes en torno al impacto que la guerra comercial con China podría tener en estados republicanos clave, así como los indicadores y el debate político sobre nuevos fantasmas de recesión. Además el impeachment, que determinará mucho la popularidad y la fortaleza del inquilino de la Casa Blanca en los próximos meses.
Trump asegura que es el presidente de la historia que más ha conseguido a estas alturas de mandato. Y presume de haber hecho lo que dijo que iba a hacer. Muchos votantes republicanos valoran la buena marcha económica y laboral hasta ahora, la reforma fiscal de 2018 o el nombramiento de dos jueces conservadores más en el Tribunal Supremo, con profundas implicaciones jurídicas y sociales en el país. Trump ha bromeado en reiteradas ocasiones sobre la posibilidad de extender su presidencia a un tercer mandato, en 2024.
Y ojo. Puede haber sorpresas. Porque siempre las hay. Y aún queda casi un año para las elecciones presidenciales en Estados Unidos.