Aunque Trump no ha desvelado las intenciones, se ha sabido en las últimas horas que el Pentágono podría estar presentando a la Casa Blanca algunos planes para intervenir en Siria. El Secretario de Estados Tillerson ha asegurado, también desde Palm Beach que “está trabajando en una alianza internacional que en primer lugar elimine a Isis y, en segundo lugar estabilice a Siria con la salida de Al Asad”.
Estados Unidos ha confirmado que sus fuerzas armadas fueron testigo de como los aviones sirios bombardeaban con armamento químico el lunes pasado en la ciudad de Isdlil, y cuyo resultado fue una masacre de decenas de personas, niños incluidos. Turquía en las últimas horas ha confirmado que el gas utilizado en la masacre fue el denominado gas sarin.
El Presidente de Estados Unidos se encuentra en Miami en donde éste jueves ha llegado de visita oficial el Presidente de China Xi Jinping junto a su mujer, para una visita de estado de tres días de duración. Entre las cuestiones bilaterales a tratar sin duda el rol de Rusia en Siria y como podrá ayudar China a que Putin cambie de posición sobre Asad. Tillerson ha dejado claro que “Rusia tiene que pensar muy bien cual es el apoyo que está dando a Asad y que piensa hacer en el corto plazo”.
Estados Unidos cuenta en la zona norte de Siria con una base militar con 900 soldados de observación y poco más. La Administración Obama ha mantenido durante los seis años de conflicto y guerra civil en Siria la política de “no intervención”. De hecho la opinión pública estadounidense no quiere que Estados Unidos intervenga en un conflicto en Oriente Medio y cree que los que tienen que intervenir son los vecinos de Siria.
Esos vecinos son Jordania, que cuenta con el campo de refugiados más grande - sobrepasa el millón de personas- Israel, Iran e Iraq. El Norte de Siria se ha convertido en los últimos años en territorio de batalla en donde se mezclan sirios, rebeldes, terroristas de Isis y de AlQueda. La política de la Administración Obama fue que Rusia se encargase de apoyar al ejercito de Asad en el país, ante la incapacidad de convencer a Putin de que Asad abandonase la presidencia del país. A cambio, Rusia permite las operaciones militares con drones de Estados Unidos en contra del Isis y otros grupos terroristas de la zona.
Este miércoles el consejo de seguridad de Naciones Unidas ha sido incapaz de adoptar una resolución de condena a Siria por el veto de Rusia. El ataque con armas químicas en Siria contra la población civil es el segundo en los últimos tres años. Obama aseguró que su “linea roja” eran las armas químicas, pero nunca hubo una respuesta más allá que operaciones militares “quirúrgicas”.
La Administración Trump ha cambiado de percepción sobre Asad y siria en las últimas horas. Hace tan solo una semana la Casa Blanca decía que “los sirios tendrían que decidir que hacían con su presidente”. Tras la masacre del martes con armas químicas parece que Trump está dispuesto a intervenir de otra manera. hay que recordar que Trump se opuso a la Guerra de Iraq y que durante la campaña electoral aseguró que él no iría a ninguna guerra, “porque no me gustan las guerras” dijo.