Este martes Donald Trump se ha despertado activo y a través de las redes sociales ha lanzado dos mensajes directos a Corea del Norte y a China:
En el primero de sus tuits, Donald Trump dice: “Corea del Norte está buscando problemas. Si China decide ayudar, sería buenísimo. Si no decide ayudar, ¡arreglaremos el problema sin ellos! USA”. Para a continuación asegurar: “le expliqué al presidente de China que un acuerdo comercial con Estados Unidos sería infinitamente mejor si ellos resuelven el problema de Corea del Norte”.
Desde éste fin de semana, la armada estadounidense se está reforzando en el denominado “mar de China”, algo que desde el Departamento de Defensa han calificado como “gesto de fuerza”, pero sin ninguna motivación de la que se pueda presuponer un conflicto armado. Sin embargo, los mensajes políticos no hacen más que calentar las relaciones diplomáticas entre los países de la zona.
A la espera de ver la respuesta del líder de Corea del Norte, hoy ha llegado a Rusia el secretario de Estado de Defensa Rex Tillerson con un doble objetivo: tratar la cuestión de Siria y la supuesta intervención de Rusia en las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre. A estos dos temas, de por sí ya conflictivos, se le suma ahora la cuestión de Corea del Norte.
Según se ha sabido esta misma mañana (hora local), de momento Tillerson no se reunirá aparentemente con el presidente ruso Putin, pero sí con Lavrov, el ministro de Exteriores. Vladimir Putin ha asegurado en una rueda de prensa que “duda” de que Estados Unidos siga con voluntad de luchar contra el terrorismo, y que quiere una investigación internacional sobre el bombardeo con gas sarín en Siria, y la respuesta siguiente de Estados Unidos.
En Washington hay varias teorías sobre la participación o no de Rusia –con conocimiento o por omisión– en el ataque contra la población civil de Ibdil. Las agencias de Inteligencia están divididas, hasta el punto que unas creen que Rusia no solo sabía lo del bombardeo sino que también colaboró, mientras que otras descartan que Rusia tuviera nada que ver con la acción de Al Assad.
Sea como fuere, Estados Unidos dio una hora de tiempo al estado mayor del ejército ruso para que si tenían militares en la base que iba a ser bombardeada (cerca de Homs) la evacuasen inmediatamente. Y parece que así fue.
En las próximas horas se despejarán las dudas sobre cuál es la posición de Rusia respecto de Siria y Assad en el poder, y si están dispuestos a seguir luchando contra ISIS en el bando de Estados Unidos o no. Solo queda esperar.