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De los festivales de música al aire libre a eventos deportivos, pasando por los musicales de Broadway, el mundo del espectáculo está de vuelta para el público estadounidense, que ya puede asistir a las representaciones. La gran disponibilidad de vacunas, el buen ratio de población inmunizada (el 50% ya con las dos dosis inoculadas y más del 60% con una), la llegada del calor y el optimismo generado por todo ello lo han hecho posible.
Las restricciones impuestas durante la pandemia no solo han empezado a aflojarse en estos días sino que las autoridades federales, estatales y municipales de casi todo el país ya animan a la ciudadanía a volver tanto a los centros de trabajo, universidades y colegios de forma presencial, como a los espectáculos culturales y deportivos.
Y es que la cultura y el deporte son dos sectores donde la presencia del público es fundamental. Por ello las páginas web de los grandes festivales ya han incorporado las indicaciones necesarias para disfrutar de los eventos, al mismo tiempo que se respetan los protocolos de seguridad como el uso de mascarillas, la higiene de manos o presentación previa de prueba negativa de Covid o cartilla de vacunación.
Los festivales Lollapallooza de Chicago, Coachella de California o Governors Ball de Nueva York, ya han publicado sus protocolos de seguridad junto al cartel de los protagonistas. Así, Lollapallooza, que tendrá lugar a finales de junio, permitirá disfrutar de Foo Fighters o Miley Cyrus junto a la exigencia de vacunación o resultados negativos de coronavirus para asistir en persona. Coachella, que se realizará a principios de 2022 para garantizar la seguridad, reunirá a 100.000 personas para ver a Rage Against de Machine y Lana del Rey mientras que en Nueva York actuarán J Balvin y Billie Eilish, a finales del próximo mes de septiembre, adaptando las normas de seguridad a la evolución de los datos de vacunación y de la propia pandemia.
También ha vuelto la programación de conciertos, con público, en espacios cerrados. Así lo prueba el anuncio realizado por Bruce Springsteen, que actuará varias veces en el teatro St. James de Manhattan, entre el 26 de este mismo mes y el 4 de septiembre. A través de este espectáculo y sus canciones, el artista de New Jersey repasará su vida en un formato más íntimo, ante un público ya vacunado.
Sin embargo, esto se considera un aperitivo de lo que puede llegar en breve, ya que se espera que en unos meses el cantante de 71 años vuelva a los grandes estadios con su banda la E Street Band. El reencuentro con las grandes masas de fans tendrá lugar en 2022, con el formato de gira de conciertos masivos al que grandes artistas y público estaban acostumbrados a realizar antes de la pandemia.
Los escenarios de esta famosa calle de Manhattan también se preparan para el retorno a la normalidad. Tras año y medio de cierre, el 5 de mayo los teatros recibieron permiso del alcalde Andrew Cuomo para retomar su actividad y así lo hicieron musicales como Wicked o WickedChicago
Otros, como Hamilton. La razón de ello es tener las máximas garantías para volver en óptimas condiciones y con la tranquilidad de que todos sus empleados, que mantienen un estrecho contacto al bailar y cantar en grupo, estarán inmunizados en el transcurso de las representaciones.
Aunque las salas de proyección ya abrieron hace algunos meses, estas lo hicieron con un aforo muy limitado y amplias distancias de seguridad que limitaban en exceso la afluencia de público. La relajación de la normativa se celebrará con el estreno de In the Heightsla esperada versión cinematográfica de la producción teatral que ya triunfó en Broadway.
Tras varios aplazamientos por la pandemia, su estreno se postpuso al 18 de junio de 2021 tras la fecha inicial del 26 de junio de 2020, por lo que la espera de un año hace que haya especial expectación para ver cómo discurre en la gran pantalla la vida en un pequeño barrio neoyorquino de su comunidad latina.
El pistoletazo de salida de las grandes concentraciones de público la dio el combate de boxeo que tuvo lugar el pasado 8 de mayo, entre Canelo Álvarez y Joe Saunders, en el AT&T Stadium de Arlington (Texas) ante más de 70.000 enfervorizados espectadores. La vuelta masiva del público continuó con las 500 millas de Indianápolis, el 30 de mayo, que reunieron durante el transcurso de la carrera a 135.000 personas en las gradas, a pesar de la restricción del 40% sobre su aforo 350.000 plazas.
Aparte del boxeo y las carreras de coche, son numerosos los deportes que ya cuentan con público en sus estadios. Así, los Washington Nationals, el principal equipo de béisbol de la capital, ya aumentó el pasado 21 de mayo su aforo del 25% al 36% (casi 15.000 espectadores más), permitiendo finalmente la asistencia de 40.000 personas (el 100%) el reciente 11 de junio.
Y en los playoffs de la NBA, que aún se están disputando, al menos 10 de los 16 equipos que empezaron esta última fase permitieron la presencia de 10.000 personas en sus pabellones deportivos, lo que ha ido aumentando según avanzaba la competición de baloncesto que llega en estas fechas a su tramo final con más público en las gradas que al inicio.
Como se esperaba, tanto en los deportes mencionados como en otros donde hay zonas separadas entre las personas vacunadas y las que no, el ambiente está siendo incluso más enfervorecido que antes de la pandemia porque si de algo no hay duda, es de las ganas que el público tiene de volver a disfrutar, cara a cara, de sus ídolos.