Jenny, la madre biológica, cobró 15.000 euros por gestar a dos gemelos. El niño nació sano y está con sus padres adoptivos pero la niña, con distrofia miotónica congénita, fue rechazada.
La enfermedad que padece la bebé se hereda, normalmente a través de la madre, y se caracteriza porque el recién nacido presenta hipotonía, problemas respiratorios y alimenticios, debilidad facial y general. Afecta principalmente a la musculatura esquelética, el sistema nervioso central, los ojos, el corazón, el tracto gastrointestinal y las glándulas endocrinas. En el adulto implica debilidad muscular, cataratas, defectos en la conducción cardíaca, una cara inexpresiva, un retraso intelectual y motor, y anomalías de las glándulas endocrinas.
A la pequeña la que crían ahora Jenny, y su pareja. Ella ha asegurado al diario The Sun que los padres adoptivos le dijeron que no querían un niño discapacitado. “¿Quién querría un hijo así?”, afirma Jenny que le dijo la madre.
Su historia recuerda tristemente a la de Gammy, un pequeño tailandés nacido también de un vientre de alquiler con sindrome de down y al que sus padres rechazaron. La historia de Gammy conmocionó a la sociedad tailandesa hasta tal punto que el Gobierno de aquel país ha legislado para impedir más casos como este.