Amanda Albach, una joven brasileña de 21 años, se encontraba desaparecida desde hace 18 días cuando uno de los sospechosos de su desaparición ha confesado haber matado a la chica, madre de una niña de dos años y conocer dónde se encontraba su cuerpo sin vida, además de haberla obligado a cavar su propia tumba.
Los restos de la chica han sido encontrados en la playa de Irapirubá Norte de Laguna, en el estado de Santa Catarina y hasta el momento hay dos hombres arrestados y una mujer, como principales sospechosos del asesinato de Albach, aunque uno de ellos ya ha confesando haber sido el autor de los dos disparos que posee el cadáver. Por el momento no se baraja que se trate de un asesinato machista, como el que ha sucedido recientemente en el municipio gaditano de San Roque.
La joven estaba de vacaciones junto a unos amigos celebrando el cumpleaños de una amiga en la ciudad de Florianópolis, la capital de Santa Catarina, cuando no volvieron a verla con vida.
La familia de Albach perdió el contacto con la joven el mismo día que desapareció. La brasileña envió un mensaje minutos antes de morir, diciendo que volvería a su ciudad, Fazenda Río Grande, al amanecer, pero no volvieron a saber de ella.
El peculiar mensaje fue enviado a sus padres alrededor de las 20:40 y desde entonces, no hubo respuesta por su parte ni volvió a acceder a su teléfono, que se encontraba desconectado. Su familia detectó algo raro en la voz de Amanda y durante el audio se escuchaba mucho viento, según ha mencionado la policía a medios locales.
Aunque aún se desconocen los motivos por los que pudieron quitarle la vida a Albach, todo apunta a que uno de los investigados se sintió amenazado porque la joven madre sabía que este se dedicaba al tráfico de drogas y se lo había contado a terceras personas, además de mandar una foto sobre una de las armas que esta persona tenía en su casa. Según la policía, al traficante de drogas no le gustó esta situación y decidió quitarse de en medio a Albach y pegarle dos tiros.