Un acantilado ubicado en la playa de Pipa, en la ciudad de Tibau do Sul, Brasil, se derrumbó alcanzando a varias personas que se encontraban en el lugar.
Las autoridades han constatado tres víctimas mortales por el derrumbe, Stella Souza, de 33 años, su pareja, Hugo Pereira, de 32, y Sol, una bebé de siete meses.
Las personas que se encontraban en el lugar junto con los servicios de rescate intentaron desenterrar a las víctimas y encontraron el cuerpo sin vida de Stella abrazada a su hija, que aún presentaban signos de vida, aunque poco después fallecía. Fue un médico que se encontraba en la playa quien intentó sin conseguirlo, salvar a la bebé.
Stella se abrazó a su hija con la intención de salvarle la vida con su propio cuerpo de manera instintiva. Bajo los escombros también se pudo encontrar sin vida al perro de la joven familia.
Un portavoz del gobierno de la ciudad, Fabio Pinheiro, asegura que las mareas altas chocando contra la base del acantilado lo habían erosionado con el tiempo, lo que obligó a los funcionarios de la ciudad a colocar señales de advertencia de posibles deslizamientos de tierra.
Los bomberos de la ciudad investigan las causas del derrumbe y realizan un informe sobre la causa del colapso del acantilado.
Stella, quien estudiaba psicología en la universidad, deja otro hijo de una relación anterior.