Paul Grisham, un hombre de 91 años, ha vuelto a creer en los milagros después de 53 años. Este residente de San Diego, en Estados Unidos, ha recuperado su cartera que había perdido cuando estaba en la Marina de EEUU, en la Antártida, durante la década de los 60.
Grisham estuvo de misión como meteorólogo durante 13 meses, en los que guardó innumerables recuerdos en su billeteras. Desgraciadamente, la perdió y tras mucho tiempo de búsqueda, se olvidó de ella y la dio por perdida.
Pero por suerte y mejor tarde que nunca, este estadounidense encontró su billetera 53 años después. El monedero fue encontrado detrás de un casillero durante la demolición de un edificio en la Estación de McMurdo, en la Isla Ross de la Antártida.
Esta historia fue posible gracias a la colaboración del ciudadano que se encontró la cartera, que inició una labor de investigación, con correos electrónicos y mensajes en Facebook para encontrar al dueño, como recoge Infobae.
"Estaba impactado", aseguraba Grisham cuando le devolvieron su billetera. En su interior, recuperó su identificación de la Marina, su antigua licencia de conducir, una tarjeta de racionamiento de cerveza, una carta de retención de impuestos y varios recibos de giros postales enviados a su esposa. Un final feliz gracias a la solidaridad.
La Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática, Social y Política de San Fernando (AMEDE) ha localizado a la familia de un militar cartagenero ejecutado por el Franquismo en 1940, de nombre Alberto García Martínez, tras hallar sus restos en una de las siete fosas comunes del cementerio de San Fernando (Cádiz).
El de García Martínez, que contaba con 43 años en el momento de su fallecimiento, es uno de los 229 cuerpos enterrados en las fosas excavadas en el camposanto, después ser fusilados durante la Guerra Civil y años inmediatamente posteriores.
Hasta el momento han sido exhumados y trasladados al Centro de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO) de la Universidad de Granada muestras óseas del fémur de 108 cadáveres --entre ellos, el de este militar-- junto con las muestras de AND de algunos familiares vivos.
García Martínez, con residencia habitual en la calle San Pedro del barrio cartagenero de San Antón, fue asesinado de un tiro en la cabeza a las 6.00 horas del 18 de junio de 1940, frente a la tapia oeste del cementerio gaditano, y luego sepultado bajo tierra dentro de una caja de madera.
Ochenta años después, sus restos han sido localizados e identificados, de forma presuntiva, gracias a los dos anillos que portaba el cadáver en el dedo índice de la mano derecha, uno, el más grueso, con su nombre, y el otro, con el de su esposa, Dionisia.
La asociación memorialista ha conseguido localizar a través de las redes sociales a un nieto del militar, descendiente de su hijo también de nombre Alberto, que en el momento de la muerte de su padre tenía siete meses. Además de este niño, el soldado tuvo una hija, María Mercedes, que contaba con nueve años.
Según ha explicado a Europa Press Jorge Cepillo, el arqueólogo que dirige la intervención en las fosas, para poder determinar de forma definitiva si ese cuerpo corresponde al de Alberto --aunque todas las pruebas así lo apuntan-- es necesario que alguno de sus descendientes se realice un test de AND.
En caso de que las pruebas resultaran positivas, los familiares vivos tendrán la posibilidad de hacerse cargo del cuerpo o inhumarlos en una sepultura colectiva, a modo de panteón, que se construirá en el mismo cementerio en el que fueron enterrados.