La misionera Chantal Motwameme ha fallecido en Liberia del virus de ébola. Trabajaba con el padre Miguel Pajares y la monja Juliana Bohi en el hospital de Monrovia. Su llamamiento desesperado lo escuchábamos este jueves. Chantal, muy débil ya por el avance del virus, no entendía por qué ella y otros misioneros enfermos se habían quedado en Liberia, abandonados a su suerte, sin poder viajar en el mismo avión que sus compañeros españoles trasladados a Madrid. Esta madrugada, dos días después de esa conversación telefónica, esta monja congoleña ha muerto víctima del ébola. Así lo ha confirmado la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Su fallecimiento se produce un día después de la declaración de emergencia de salud pública internacional por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según su directora general, el brote se mueve de momento más rápido que su capacidad de control. El foco del virus se concentra hasta ahora en Liberia, Guinea Conakry, Sierra Leona y Nigeria, países donde esta enfermedad ya se ha cobrado cerca de un millar de víctimas mortales. Mientras esto sucede en el continente africano, muy lejos de allí, en un laboratorio de California, en Estados Unidos, se siguen mostrando esperanzados con el suero experimental que se ha aplicado de momento con buenos resultados en dos médicos estadounidenses afectados. Un medicamento, eso sí, que tal y como aseguran todavía está lejos de su uso masivo al haber reservas limitadas y al estar pendiente aún de nuevas fases de ensayo y control.