Mensajes mixtos de la Administración Trump sobre Rusia
Desde entonces muchas cosas han pasado en las supuestas relaciones entre Estados Unidos y Rusia, y Rusia y la Administración Trump. De pasar de ser “Putin, el amigo de Trump por haberle ayudado a ganar las elecciones” a, en menos de tres meses “ el país que tiene que tomar una decisión inminente sobre Siria y Assad sino quiere más sanciones de Estados Unidos”.
En el “entretanto” dos investigaciones en curso, la primera del FBI intentando saber quién o quiénes de los asesores de Donald Trump mantuvieron relaciones con representantes diplomáticos y financieros de Trump antes de llegar éste a la Casa Blanca. Una segunda investigación del Congreso de Estados Unidos en el que se intenta conocer si, efectivamente hubo escuchas “ilegales” al equipo de Donald Trump durante la campaña electoral y en los primeros meses como “presidente electo” producto de “seguimientos ocasionales a personas objeto de investigación por parte de los servicios de inteligencia”.
Además las constantes declaraciones de Donald Trump asegurando que no conoce a Putin, que solo ha hablado con él por teléfono y que no tiene negocios en Rusia.
El último capítulo de esta relación tortuosa, los medios de comunicación de Estados Unidos se llegaron preguntar "¿Quién manda en la Casa Blanca, Trump o Putin?” ha tenido que ver con Siria. Tras el ataque el gobierno de Assad contra población civil utilizando gas sarin, la reacción de Estados Unidos en 48 horas fue “ejemplarizante” según el portavoz de la Casa Blanca Sean Spicer .
La Embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Nikki Halley le pedía a Rusia en medio de una tensa reunión y extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU, que “cambiase de bando” porque con Assad no se defendían los derechos humanos, y Assad había violado todos los acuerdos internacionales al utilizar armas químicas.
El Secretario de Estado Rex Tillerson iba más allá, asegurando que Rusia tenía la obligación de supervisar el desarme de armas químicas en 2013, según el acuerdo firmado con la Administración Obama. En 2014 la Administración de Estados Unidos dio por bueno el desarme y Rice junto con Jerry aseguraron que “no quedaban restos de armas químicas en Siria”. Pues bien, a la vista de lo sucedido, Tillerson considera que o Rusia ha sido engañado, o se ha dejado engañar o ha sido cómplice del “no desarme” de Assad.
Con éstos mimbres se enfrenta Tillerson a su primera reunión con Putin. A Sergei Lavrov, su homólogo ruso le conoció en ferrero durante la reunión de la Cumbre del G-20 en Bonn.
A estas alturas aún no se sabe ni qué tipo de relación tiene la casa Blanca con el Kremlin, ni qué tipo de relación quiere tener la Casa Blanca con el Kremlin. Hasta ahora los rusos son aliados en la lucha contra los terroristas del ISIS tanto en Siria como en Iraq. Una alianza basada en mantener en el gobierno a Basar al-Assad, pese a las insistentes peticiones de Occidente que se busque una salida pacífica y democrática a Siria sin Assad en el poder.