Trump nunca se ha tomado en serio la pandemia de coronavirus y las cifras de contagios y muertos le golpean la cara todos los días. A su negativa a usar mascarillas y a tomar medidas de confinamiento, se le suma su última cabezonería: Abrir las escuelas y volver a la vida normal en otoño a cualquier precio, con o sin Covid-19.
El presidente de Estados Unidos ha asegurado que "presionará" a los gobernadores para que reabran los centros educativos en otoño y su administración espera que sean la gran mayoría. Trump insiste en ignorar la realidad que lo enfrenta a casi tres millones de contagios de coronavirus y más de 131.000 muertes en el país.
La reapertura de las escuelas se ha convertido en uno de los asuntos más sensibles en Estados Unidos y de los caballos de batalla de Trump, en su búsqueda por retomar la normalidad a como sea, ignorando la pandemia del coronavirus.
Muchos centros educativos, colegios y universidades han preparado planes para garantizar cierta flexibilidad antes del comienzo oficial del curso 2020-2021. Este mismo lunes, el mandatario ya había asegurado, vía Twitter, que "las escuelas deben abrir en otoño".
El mandatario acusa a algunos territorios estadounidenses que en su opinión prefieren tener los centros educativos cerrados "por razones políticas". "Creen que va a ser bueno para ellos políticamente, así que mantienen las escuelas cerradas", ha afirmado, antes de reiterar que no será así "de ninguna manera".
En este contexto, el presidente estadounidense también ha reivindicado que Estados Unidos "no está cerrado" y "nunca cerrará", a pesar de que los millones de infectados de coronavirus se han disparado en al menos 32 estados, incrementos achacados a desconfinamiento exprés. De hecho, hasta 24 estados han pausado o revertido la reactivación económica.