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La ciudad de Nueva York se está preparando para un "confinamiento inminente". Al menos es lo que lleva repitiendo en las últimas horas insistentemente el alcalde de la ciudad más poblada de la Costa Este, Bill De Blasio. El alcalde está viendo como los contagios en su megaurbe de 8.5 millones de habitantes aumentan y alcanzan ya los más de 1.500 infectados, a los que se suman medio centenar de fallecidos. Según el alcalde, el confinamiento debería producirse en 48h, es decir el jueves.
El gobernador Cuomo sostiene que de momento no habrá cuarentena
El alcalde demócrata cree que es la única manera de luchar contra el coronavirus, pero el gobernador del estado de Nueva York apuntaba, justo esta mañana, que de momento no es es una decisión que esté encima de la mesa. Y en caso de que se llevará a cabo, ha dicho, ¨se coordinaría entre los tres estados porque no tiene sentido que unos lo hagan y otros no¨, ya que eso llevaría a la gente a salir huyendo de la ciudad.
Parece que ambos mandatarios mantienen una "guerra particular", ya que las declaraciones de De Blasio llegan justo después de que Cuomo desmintiera los rumores de confinamiento de la ciudad de Nueva York e hiciera hincapié, precisamente, en la importancia de trabajar con ¨uniformidad¨.
Desde hace 24 horas la ciudad que "nunca duerme" ya no tiene actividad de bares, restaurantes, teatros y musicales. Se han cerrado como medida de precaución y porque se recomienda que no haya aglomeraciones de más de 50 personas. Además se ha estimulado el teletrabajo siempre que sea posible. La ciudad se ha paralizado de tal manera que el diario New York Times.
El cierre de colegios se anunció el pasado domingo, y el gobernador Cuomo, quien parece capitanear a los tres estados vecinos en la lucha contra el COVID-19, ya ha dicho que si es necesario se tomarán más medidas. ¨Es posible que tengamos que realizar más cierres para reducir la necesidad de camillas en hospitales. Porque para conseguir eso, hay que reducir el contacto entre la gente y eso se consigue con el cierre de espacios¨, explicaba.
Podrían cerrarse más establecimientos esta semana
Cuomo ha dejado claro que no le va a temblar el pulso y hará lo que tenga que hacer para enfrentar esta crisis. Ahora lo que más preocupa es que quedan 45 días hasta que lleguemos al punto más alto de esta pandemia en Estados Unidos, y el sistema sanitario de este país no está preparado para hacer frente a esta situación.
Según los cálculos hechos por su equipo de expertos y basándose en la información que llega de la experiencia en China, de seguir aumentando el número de contagiados a este ritmo, dentro de 45 días serán necesarias entre 55.000 y 110.000 camillas de hospital y de momento solo hay 53.000.
Se van a improvisar hospitales para hacer frente al COVID-19
Desde hoy mismo se están preparando espacios para acoger a nuevos enfermos y los hoteles se están reconvirtiendo en hospitales improvisados. Desde el estado se insiste en que "las políticas de emergencia tienen un impacto en todo el estado, y que el gobernador Cuomo está haciendo todo lo posible para coordinar estas políticas con nuestros estados circundantes", dijo Melissa DeRosa, una de las principales ayudantes de Cuomo, en un comunicado.
Además, se está contactando con enfermeros y médicos jubilados y se les pide que estén preparados en caso de que su ayuda sea necesaria. También se están reclutando jóvenes estudiantes de medicina en las Universidades que puedan apoyar a los equipos médicos en caso de que fuera necesario. Toda ayuda es poca.¨Estamos examinando el sistema hospitalario entero¨, explicaba esta mañana en rueda de prensa Cuomo.
El gobernador del estado de Nueva York le ha pedido ayuda al presidente de Estados Unidos para enfrentar la llegada del coronavirus a una de las zonas más pobladas del país. Con un sistema sanitario muy débil, la mortalidad del coronavirus es uno de los grandes miedos.
Todo, después de que ambos hayan mantenido un pequeño enfrentamiento en los días previos porque Cuomo echaba en cara al presidente ¨su pasividad¨ a la hora de enfrentar esta crisis. Dejando a un lado los enfrentamientos políticos, el gobernador esta mañana reconocía que sin la ayuda del gobierno federal sería imposible sobrevivir como estado al COVDI-19.